Arcano sopesa lanzar Balboa, la salida a Bolsa fallida, por la vía privada
La firma estudia captar el capital entre los clásicos inversores. La idea inicial era lograr hasta 150 millones de fondos y cotizar en Bolsa
Arcano tenía lista la primera salida a Bolsa del año. Balboa, una firma para invertir en las etapas iniciales de las empresas (venture capital), fue presentada con fanfarrias de auténtica novedad. Y lo era. Una cotizada con estructura de fondo o socimi, cuya misión era captar el dinero para invertirlo en starts ups tecnológicas. Es decir, en los bancos de pruebas de Silicon Valley.
La música sonaba a las mil maravillas, pero el libro nunca se cubrió y el estreno, dispuesto para el 22 de noviembre, tuvo que cancelarse el día antes. Ahora, la firma sopesa llevar a cabo el plan, pero sin que el vehículo cotice y captando el dinero por laque ha realizado habitualmente Arcano para sus fondos de capital riesgo, según fuentes financieras.
Así, Arcano no ha cejado en el empeño, y una de las posibilidades que baraja es levantar el dinero entre los inversores clásicos para este tipo de productos, en un fundrising (ronda de captación de fondos) tradicional para el capital privado. Cierto que están todas las posibilidades abiertas, entre ellas la de dar cerrojazo a la iniciativa o reintentar la salida a Bolsa a través de una Oferta Pública de Suscripción (OPS) más adelante.
Fuentes conocedoras de la marcha de la frustrada operación culparon a la incertidumbre política en España del fracaso. Las entidades que pilotaban la colocación, además del propia Arcano, eran Santander y JB Capital, como coordinadores, acompañados de AVR Capital, Banco Carregosa, Norbolsa y Octavian. El feedback en las presentaciones entre los potenciales compradores –esencialmente, fondos de inversión y aseguradoras– no fue especialmente bueno, pese a que ya contaban con compromisos de suscripción por 25 millones de euros entre 18 inversores el día en que la CNMV aprobó el folleto de la operación. Las presentaciones se realizaron exclusivamente en Europa, no en EE UU, donde el acceso al sector tecnológico es más sencillo.
La clave es que la inversión mínima de 100.000 euros que se exigía para participar es el umbral habitual en los fondos de capital riesgo de toda la vida. El aliciente para invertir en Balboa de este tipo de inversores es reducido. El importe que se intentaba captar para invertir después era de entre 100 y 150 millones de euros.
Hubiera tenido mayor acogida una propuesta dirigida a los particulares, que no tienen acceso a este tipo de vehículos. Pero las ofertas públicas en puridad –con tramo minorista– están prácticamente proscritas desde el fiasco de la salida a Bolsa de Bankia, que obligó después a que se devolviera el dinero a la mayor parte de los pequeños inversores. Entraron alrededor de 400.000 en el estreno de julio de 2011. La OPV de Aena en 2015 también tuvo un hueco para los pequeños inversores. Aunque mínimo, tan solo un 10% del total.
En la colocación de un producto similar a Balboa, la de Dinamia en 1997, se destinó a los particulares el 35% del total. También era una sociedad de capital riesgo, pero centrada en inversiones españolas y de sectores más habituales, como el hotelero o el de venta minorista. Fue propietaria de High Tech Hotels y de la cadena de perfumerías Bodybell.
La idea de Balboa fue bien vista por la CNMV, pero el escepticismo sobre un producto de este tipo en Bolsa provocó que no se cubriera el libro. Pese a que, precisamente la idea era diversificar el inversor, como explicó Álvaro de Remedios, presidente y fundador de Arcano en una entrevista publicada a CincoDías el 12 de noviembre. El ejecutivo buscaba "un mix de inversores institucionales de Bolsa, que valoran acceder a través de Balboa a un segmento muy atractivo como la tecnología", junto a los clásicos compradores de estos fondos, como los family offices. "La colocación se hubiera cubierto sin problemas si hubiese sido un fondo de capital al uso", señala una persona conocedora de las entrañas del proyecto.
La Bolsa, un horizonte para 2021
Nada está aún decidido, pero la experiencia de Arcano completando con éxito la pléyade de fondos de capital riesgo con los que cuenta en el portfolio y la posibilidad de lanzar Balboa por esta vía incentiva que la Bolsa quede en punto muerto. No obstante, cotizar en Bolsa, la fórmula que ha pergeñado Arcano para acercar la inversión en venture capital para inversores minoristas, no está por completo descartada. Álvaro de Remedios, presidente de Arcano, ya aseguró en una entrevista con CincoDías que planeaban una serie de ampliaciones de capital para ir ensanchando las inversiones de la firma. El calendario pasaba por lanzar la primera en dos años. Por tanto, una de las alternativas que maneja Arcano es esperar esa primera ampliación para lanzar entonces Balboa a Bolsa. En ese momento contarán con un track record suficiente para atraer a más inversores, y podrán beneficiarse de una eventual mejora en las condiciones del mercado.