La innovación impulsará una demografía sostenible
La congestión de las ciudades provoca que el concepto de un futuro mejor no se corresponda siempre con más calidad de vida
España se vacía. El éxodo rural que se generalizó e intensificó con la revolución industrial a mediados del siglo XX, es un fenómeno que, lejos de desaparecer, se acelera hasta tal punto que si hace cinco años la España rural perdía de media 10 habitantes cada día, hoy son 13 los habitantes que huyen a diario de algunas comunidades rumbo a las ciudades.
Hablamos, en su mayoría, de jóvenes que buscan nuevas oportunidades que no encuentran en su propio entorno, condenando a los pueblos a su extinción, fruto del envejecimiento paulatino de su población y de su baja tasa natalidad.
Según datos oficiales, el 78% de los municipios españoles tienen saldo vegetativo negativo. Hablamos de más de 6.300 municipios en los que la tasa de mortalidad es más alta que la de natalidad. Esto, unido al hecho de que en el 12% de los municipios españoles no haya nacido ningún niño en el último lustro y de que sólo el 13,5% tenga niños menores de cinco años, augura un panorama desolador.
Tampoco debemos olvidar los problemas que esta situación está generando en las grandes ciudades, que incrementan su población y a las que se les hace cada vez más difícil gestionar sus propios recursos e infraestructuras.
Es por ello que el atractivo concepto de un futuro mejor no siempre es sinónimo de una mejor calidad de vida. Una realidad que se recrudece aún más por la cada vez menor inversión en infraestructuras y la limitada oferta de servicios que inhibe la creación de empleo y riqueza en estas zonas y que es lo que, en último término, mueve a las personas a huir del entorno rural. Estamos, por tanto, ante un círculo vicioso que se retroalimenta y que es necesario romper a través de la colaboración entre el sector privado y sector público apoyando la educación en competencias digitales e incentivando la atracción de las grandes multinacionales y su inversión en innovación en estos núcleos de población.
De ahí la importancia del papel de las organizaciones a la hora de identificar y detectar el talento en estas zonas y estimular el desarrollo de oportunidades de futuro para el individuo y para el propio entorno.
En definitiva, se trata de desarrollar todo un ecosistema en el que todos los agentes del sector público y privado se impliquen en el diseño y en la ejecución de iniciativas que permitan mover España hacia un modelo más sostenible desde el punto de vista demográfico, social y medioambiental.
Helena Herrero es Presidenta de HP para España y Portugal