Sobrevolar volcanes, la gran aventura
Canarias es un lugar privilegiado para hacer parapente. Todas las islas tienen zonas habilitadas para dar el salto
Volar siempre ha sido un gran anhelo de la humanidad. Si no como un pájaro, en Canarias podemos acercarnos bastante. Existen pocos lugares tan privilegiados como las islas Afortunadas para intentarlo.
Los vientos alisios marcan casi todo: determinan la bondad de su clima, moldean sus volcanes, mantienen a raya las calimas procedentes de África… Y son una bendición para hacer parapente, el arte que permite ver el mundo a vista de pájaro y experimentar la libertad de volar.
Sus paisajes volcánicos y la belleza del litoral ofrecen panorámicas repletas de contrastes. Los apasionados de este deporte tienen en cualquiera de las islas los mejores destinos para practicar a lo largo de todo el año el considerado por muchos el rey de los deportes de aventura. La que sigue es una pequeña selección de las zonas más sobresalientes.
Sobre el valle de El Golfo
Barrida por los vientos alisios, las fuerzas de la naturaleza se expresan con una belleza poderosa en la isla de El Hierro. La propia orientación del terreno y la posibilidad de despegar a distintas cotas facilitan el aprendizaje y también las acrobacias para los más atrevidos en la costa norte, en El Golfo, un enorme boquete producido hace millones de años por un monumental derrumbe que mandó casi la mitad de la isla al fondo del mar, dejando un vertiginoso semicírculo de rocas volcánicas.
El vuelo más conocido de El Hierro parte de aquí. Desde los 1.200 metros de la cumbre hasta los 600 de la cota más baja, se dan unas condiciones de termoladera excepcionales que permiten, a los más expertos, volar durante horas y contemplar un paisaje que quita el aliento.
El planeo más alto
Sobrevolar el tercer volcán más alto del mundo, con 3.700 metros, y el pico más elevado de España solo es posible en Tenerife, concretamente en Izaña, considerada como una de las mejores zonas para hacer parapente no solo de Canarias, sino también de España. Es el planeo más alto del país, con uno de los mayores desniveles.
El salto desde el punto de despegue, situado en el Parque Nacional del Teide, a 2.200 metros de altitud, regala un descenso de al menos 45 minutos sobre el bellísimo valle de La Orotava.
La isla bonita
Paisajes de postal, volcanes, bosques, playas y cielos limpios repletos de estrellas hacen honor a la conocida como isla bonita. En La Palma, los buenos vientos convierten Puerto Naos en uno de los mejores lugares para despegar. En el borde de la ladera y sobre la playa, esta localidad, situada en el oeste de la isla, en el municipio de Los Llanos de Aridane, atrae a numerosos amantes del parapente por su fácil acceso y porque, en condiciones normales, las térmicas permiten elevarse hasta más de 1.000 metros.
La Palma es uno de los lugares del mundo con más días aprovechables para la práctica del parapente. Sus condiciones climáticas y especiales características orográficas y de orientación a los vientos dominantes posibilitan el vuelo libre durante al menos 330 días al año.
Un clásico
Favorecido por los vientos del norte, el risco de Famara, en Lanzarote, se ha convertido en un clásico para los parapentistas. Este lugar, ideal tanto para la práctica de este deporte como de ala delta, ofrece paisajes lunares y panorámicas espectaculares siguiendo la ladera en dirección norte, en línea con los bonitos acantilados que llevan al Mirador del Río.
El salto se realiza a 450 metros de altitud, con unas vistas aéreas colosales. Desde la misma atalaya se obtiene también una inquietante postal del archipiélago Chinijo, pequeñas islas, entre otras La Graciosa (la única habitada) y peñascos situados a una milla náutica de Lanzarote. Los aterrizajes son sencillos, ya que, además de la playa de Famara, hay mucho llano disponible.
El más concurrido
Los Giles es uno de los lugares para volar mejores y más solicitados de Gran Canaria, sobre todo porque permite sobrevolar la capital, además de poder disfrutar desde el aire de la conocida y popular playa de las Canteras, donde también tiene lugar el aterrizaje.
Para empezar
Aprendizaje. Hay decenas de lugares de lanzamiento y aterrizaje en cada una de las islas, así como escuelas de parapente que ofrecen vuelos biplaza, cursos de una semana o más... Depende del atrevimiento y la confianza de cada uno, pero en cuestión de un par de semanas es posible sentirse seguro para volar solo, sin instructor. ¡Y a disfrutar!