La banca retrasa el informe de los gastos de los fondos por el mal dato de 2018
Las grandes gestoras están enviando el documento con cuentagotas
Los bancos y los gestores de patrimonios están escurriendo el bulto. Pese a que tienen la obligación de remitir a sus clientes un informe exhaustivo con todos los costes de los fondos de inversión, muy pocas firmas lo está haciendo. ¿La explicación? Las malas rentabilidades registradas en 2018.
La nueva normativa sobre productos financieros (originada en la directiva europea Mifid 2, que entró en vigor el año pasado) exige a quienes gestionan el dinero de terceros que remitan a sus clientes un informe anual donde se explique con todo detalle cuánto están pagando. En ese documento se debe explicar la cifra absoluta que ha cobrado la gestora, no solo el porcentaje. No vale con decir que el fondo cobra el 1,5% anual, hay que traducir ese porcentaje a una cantidad de euros contantes y sonantes.
Las empresas de servicios financieros debían haber remitido ya el informe con los gastos de 2018 a los inversores. Solo un puñado (Indexa Capital, Mutuactivos...) lo ha hecho, pero la banca está informando con cuentagotas. Las grandes gestoras han tardado más. CaixaBank y BBVA han empezado a enviarlo a algunos clientes, pero otros bancos, como Santander o Renta 4, aún no lo han hecho.
En CaixaBank AM explican que la gestora comenzó a remitir los informes de gastos a partir del mes de junio, y que por su parte han cumplido con lo exigido por la legislación.
Todos los gastos que hay que especificar
Suscripción. Hay algunos fondos que incluyen un cargo solo por contratar el producto.
Gestión. Es la comisión más frecuente. Oscila entre el 0,5% de los fondos más sencillos y conservadores, hasta el 2,5% en los fondos de Bolsa más arriesgados.
Comercialización. Una buena parte de las comisiones que pagan los clientes van a parar no a la gestora, sino al banco o a la empresa de asesoramiento financiero que ha hecho la venta del fondo.
Comisión de éxito. Algunos fondos de inversión incluyen también un cargo si se cumple un cierto objetivo de rentabilidad. Suele ser un porcentaje de las ganancias.
Reembolso. Las gestoras también pueden incorporar una comisión de salida para aquellos que deciden sacar el dinero antes de las fechas previstas.
Depositaría. Todos los fondos tienen que abonar una comisión al depositario, que se encarga de verificar que la compravente de acciones y bonos se ha hecho correctamente.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) llevaba desde marzo pidiendo al sector que envíe esos informes de gastos. Su presidente, Sebastián Albella, elevó el tono en junio, cuando exigió a la industria de fondos de inversión que remitiera ese documento “lo antes posible”, pero sus demandas han caído en saco roto.
Varias fuentes consultadas del sector coinciden en señalar a los malos resultados de las inversiones en 2018 como la principal causa para retrasar el envío de estos documentos. “Imagina que has puesto 100.000 euros en manos de un famoso gestor de fondos y te das cuenta de que, a finales de año, tenías solo 80.000 euros y que la gestora te ha cobrado 2.000 euros por administrar tu dinero. Pues cualquiera se cabrea”, explica un asesor financiero.
El propio Albella reconocía en un foro que entendía que fuera difícil mandar ese informe, “porque el año pasado los mercados financieros tuvieron un resultado decepcionante, lo que puede hacer más llamativo algunos costes”, apuntó Albella.
La nueva normativa Mifid 2 exige que las gestoras incluyan en ese informe todo tipo de comisiones. No solo las más evidentes (comisiones de gestión y de custodia), sino también comisiones de suscripción, comisiones de mantenimiento de cuentas y de comercialización.
El informe anual de gastos no afecta únicamente a las gestoras de fondos de inversión. También quienes están encargados de administrar planes de pensiones deben mandar a sus clientes esa información. La normativa también afecta a las entidades que tienen contratos de gestión discrecional de carteras y otros formatos de asesoramiento.
Uno de los objetivos que persigue la normativa Mifid 2 es la transparencia, de modo que el cliente final tenga más claro en qué está invirtiendo y cuánto dinero está pagando a quienes lo gestionan.
La mayoría de las comisiones que se pagan en los vehículos de inversión (fondos, planes, sicav...) no son explícitas, sino que se abonan con cargo al patrimonio del instrumento. Así, si un fondo logra un año un rendimiento del 10%, y los gastos y comisiones son del 2% (algo habitual en Bolsa), el inversor final tan solo percibirá que el fondo ha rentado un 8% en términos netos.