El recrudecimiento de la guerra comercial impacta en las Bolsas
El Ibex cierra en negativo y Wall Street pierde más de un 2%
El Ibex se encaminaba a cerrar su primera semana en positivo de agosto, pero no pudo ser. El anuncio de nuevos aranceles por parte de China y la respuesta amenazante del presidente de EE UU, Donald Trump, que presiona a las empresas para que abandonen el país asiático y augura una nueva tanda de impuestos, llevó a Wall Street a perder más de un 1,5% al cierre de los mercados europeos, arrastrando consigo a los parqués del Viejo Continente. El Ibex, aunque no fue de los más afectados, terminó la jornada con una caída del 0,77% que le hizo volver a perder los 8.700 puntos y las moderadas alzas semanales. La sesión fue empeorando en EE UU y el Dow Jones y el S&P 500 cedieron más de un 2%, mientras que el Nasdaq cayó un 3%.
Los grandes valores arrastraron al selectivo el viernes. En los últimos cinco días, los bancos han sido los más penalizados, con caídas de entre 2,7% y el 3,4% de Sabadell, BBVA, Banco Santander y CaixaBank. En el lado contrario, Mediaset y MásMóvil se anotaron subidas cercanas al 9%. La empresa de televisión está en plena disputa entre Vivendi y Berlusconi por la fusión entre la matriz italiana y la filial española. Por su lado, los inversores han recibido con entusiasmo la entrada de MásMóvil en Portugal mediante la compra de una participación en Cabonitel, propietaria de los operadores Nowo y Oni.
Los parqués llevaban esperando la jornada de este viernes toda la semana. Con la vista puesta en Jackson Hole, donde las declaraciones realizadas por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, decepcionaron a los inversores, pasaron por alto las actas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, publicadas el miércoles y el jueves respectivamente.
Las Bolsas también estuvieron pendientes de las noticias que llegaban desde Alemania, cuya economía corre el riesgo de entrar en recesión. Aunque el Gobierno anunció estar estudiando un plan de estímulos fiscales para evitar esta situación, fuentes cercanas al Bundesbank informaron a Bloomberg de que no consideran necesarias estas medidas.
En Europa, la política estuvo en primer plano. Las reuniones previas a la celebración del G7 este fin de semana dieron pistas sobre el futuro de las negociaciones de la salida del Brexit. Las citas por separado del premier británico, Boris Johnson, con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, mostraron la divergencia de opiniones existente entre los países de la UE. Merkel confía en que se llegue a un acuerdo sobre el principal escollo, el backstop o salvaguarda sobre Irlanda, en los próximos 30 días. Macron, por su parte, aseguró que no se producirá un cambio sustancial en el acuerdo negociado a lo largo de estos dos años. Sin embargo, los mercados se quedaron con el optimismo de Merkel y la libra registró el jueves su mejor jornada frente al dólar desde marzo.
En Italia, el ya ex primer ministro Giuseppe Conte anunció su dimisión el martes después de que la Liga diera por roto, hace dos semanas, el acuerdo con su socio de Gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5S). El presidente Sergio Mattarella comenzó una ronda de contactos para vislumbrar si hay posibilidad de formar un nuevo Gobierno o será necesario convocar elecciones de nuevo. La incertidumbre debe resolverse antes del martes: el mercado prefiere una coalición entre los socialdemócratas y los populistas del M5S, la Liga considera que podría superar las diferencias y volver a gobernar con la formación de Luigi Di Maio.
El euro, presionado por la inestabilidad política en Italia y el Brexit, repuntó el viernes frente al dólar hasta los 1,114 billetes verdes frente a los 1,108 del viernes, y logró alejarse ligeramente de los mínimos que venía marcando esta semana gracias a la nueva bajada de tipos que la Fed realizará el próximo mes de septiembre.
El interés de la deuda sigue bajo cero
Nuevos mínimos. El temor a una recesión y la certeza de nuevas bajadas de tipos en todo el planeta obligan a los gestores a refugiarse en los bonos de países que previsiblemente seguirán honrando sus deudas. El estadounidense a 10 años paga el 1,5%, mínimos de hace tres años; el interés es exactamente el mismo que el del que vence en dos años. La curva de tipos ha llegado a invertirse al otro lado del Atlántico, con el pasivo a corto plazo pagando más que el de largo, un augurio de recesión económica. En España, la rentabilidad del bono a una década se sitúa en el 0,13%, y la semana pasada llegó al 0,03%. El petróleo, ante el miedo a la recesión, perdió el viernes de los 60 dólares por barril Brent.