Alemania acelera los preparativos de estímulos ante la amenaza de recesión
El Bundesbank considera que durante el tercer trimestre el PIB de la mayor economía de Europa seguirá reduciéndose
Nuevas señales de alarma procedentes de Alemania. Según indica su banco central, el Bundesbank, la principal economía de Europa va camino de entrar en recesión económica de manera oficial. Tras caer un 0,1% en el segundo trimestre del año, el PIB alemán se contraerá también en el tercero, cumpliendo así con la definición de recesión ante el "mustio" panorama que describen los expertos de la institución.
"El PIB puede continuar retrocediendo ligeramente debido al continuado frenazo de la industria, en el segundo trimestre las empresas recibieron menos pedidos que en el ya de por sí flojo primer trimestre", afirma el banco central.
Según informa Bloomberg citando a fuentes anónimas con conocimiento directo sobre el tema, el Gobierno alemán está acelerando su respuesta ante las negativas perspectivas. El paquete de estímulos estaría diseñado para impulsar el gasto de los consumidores y para ello emplearía algunas de las medidas que se adoptaron en 2009, como por ejemplo, el programa que favoreció la compra de nuevos vehículos. En esta ocasión, Alemania además se plantearía dar incentivos para mejorar la eficiencia energética de los hogares, promover la contratación temporal e incrementar los ingresos de la población mediante ayudas sociales.
Algunos de los motivos que están llevando a este cambio de rumbo vienen recogidos en el informe mensual que hoy ha publicado el Bundesbank. El banco central alemán habla de cómo la situación económica global se ha deteriorado provocando un menor ritmo de crecimiento que ha impactado particularmente a las economías más desarrolladas. La principal razón: la frecuentemente citada guerra comercial entre China y Estados Unidos.
"Los flujos comerciales bilaterales se han desplomado, pero lo que quizás sea aún más significativo, es que la actividad industrial y la inversión ha caído incluso en los países que no están siendo afectados directamente por el conflicto", indican los técnicos del supervisor. Frente a la debilidad de la industria, el sector servicios se está erigiendo como el salvavidas al que se aferra el empleo y el aumento del consumo privado, pero desde el Bundesbank consideran que esto no es sostenible a largo plazo: "la actividad industrial debe de recuperarse", zanjan.
Entre otros motivos distintos que explican la debacle económica, el Bundesbank hace referencia al Brexit. Con la fecha inicial para la ruptura programada para marzo, las empresas hicieron acopio de inventarios provocando que durante el segundo trimestre las exportaciones alemanas hacia Reino Unido cayeran con mayor intensidad. En el lado interno, la demanda de vehículos permaneció sin mostrar signos de recuperarse y la construcción, que se expandió con fuerza durante el primer trimestre debido a "condiciones climáticas", no fue capaz de repetir la hazaña en el segundo.
"La ligera contracción en la actividad económica dejó sentir sus efectos en múltiples sectores, solo el comercio minorista y otras ramas del sector servicios resisten con tendencia positiva", especifican desde el banco central. En contraste con el lánguido conjunto, el Bundesbank hace especial hincapié en la salud del mercado de crédito alemán, al que catalogan de "extremadamente dinámico" durante el segundo trimestre. Las empresas y las familias están aprovechando el flujo de crédito barato para invertir en capital fijo y en la compra de viviendas respectivamente.
El mercado de trabajo en Alemania también sufrió por el mal dato económico y su crecimiento se redujo frente al de trimestres anteriores. En marzo, la tasa de paro se situaba en el 3,1% cuando en junio quedaba en el 3%. La pérdida de ritmo en la generación de empleo no implica un deterioro de las condiciones laborales, "al menos, por el momento", aseveran desde el Bundesbank. En el segundo trimestre, los salarios crecieron un 2,4% en tasa interanual, seis décimas menos que entre enero y marzo. Por su parte, la inflación fue del 1,7% frente al 1,6% del periodo anterior.
El Gobierno alemán, con margen de maniobra
El pasado domingo el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, sugirió que su Gobierno tiene "fuerza suficiente" para llevar a cabo una política más expansiva para con la economía. En concreto, habló de la posibilidad de disponer de 50.000 millones de euros de gasto adicional.
El Bundesbank da la razón en su informe al ministro de Finanzas al calificar la situación de las arcas públicas como favorable. Alemania obtuvo en 2018 un superávit del 1,7% del PIB, aunque según las estimaciones del banco central en 2019 disminuirá, seguiría siendo "significativo". Así, los expertos creen que el ratio de deuda seguirá cayendo a lo largo del año, quedando por debajo del 60% del PIB por primera vez desde 2002.
"De cara a los próximos años la política fiscal tiene visos de ser más expansiva, pero basándonos en las actuales proyecciones macroeconómicas, el presupuesto público probablemente seguirá arrojando un superávit en el medio plazo", concluyen desde el Bundesbank.