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El Estado trata de rescatar a Duro Felguera pero la banca rechaza darle más avales

Las entidades acusan de una gestión deficiciente a la firma, cuya falta de ingresos ha hecho saltar las alarmas entre los acreedores

Estand de Duro Felguera en una feria en Dubai.
Estand de Duro Felguera en una feria en Dubai.

El vía crucis de Duro Felguera se alarga, con las desavenencias entre los bancos acreedores y la cúpula del grupo como gran escollo. El Estado, a través del ICO y de Cesce, trata de auxiliar a la firma de ingeniería, pero esta sigue paralizada ante la falta de avales, el consumo de caja, los problemas para finalizar proyectos y, por lo tanto, hacer caja con ellos.

Las necesidades de liquidez de la compañía asturiana son acuciantes. Pero la mayoría de los bancos que la han apoyado en el pasado y forman parte del sindicato que aprobó su reestructuración financiera hace un año se niega a añadir un euro más al que de momento consideran un pozo sin fondo.

Banco Cooperativo, Sabadell, Liberbank, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Bankia y Santander –la entidad que preside Ana Botín es la que lidera el sindicato con el mayor porcentaje del crédito– avisan de que tampoco le facilitarán los avales por 100 millones de euros previstos en la refinanciación que se cerró el verano de 2018. Fuentes financieras señalan que la aseguradora Cesce, controlada en un 50,25% por el Estado, se ha comprometido a blindar al menos la mitad del importe de los avales. Pero los bancos acusan a la empresa de una gestión deficiente y cierran esa puerta, según fuentes conocedoras de la situación. Sin embargo, el 25 de julio, Duro Felguera aseguró a la CNMV que mantiene con ellos un proceso de negociación para obtener esas garantías, la savia necesaria para presentarse a nuevos proyectos y hacer caja en el futuro.

Fuentes financieras culpan a la empresa de no hacer sus deberes, tras presentar un nuevo plan estratégico a finales de mayo que reemplazó al de junio de 2018. “El proceso lógico hubiera sido que fuera terminando los proyectos, ingresando dinero por ellos y que al mismo tiempo fuera liberando avales”, señala una directivo de una entidad acreedora.

La menor contratación se ha traducido en un flujo de caja inferior al proyectado y se han encontrado necesidades extra en proyectos tóxicos. Deloitte se encargó de revisar la cartera, que se divide en tres tipos: los negocios rentables, los que pueden salir adelante con esfuerzos limitados (relanzables) y los fallidos

El otro organismo dependiente del Estado pendiente de Duro Felguera es el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que negocia con la empresa una inyección de liquidez, según fuentes financieras. Una portavoz del banco público señala que ahora Duro Felguera no es cliente, aunque no niega las conversaciones.

La empresa estimaba sus necesidades de dinero fresco para ejecutar proyectos en unos 60 millones de euros, según revelaba en sus cuentas de 2018, publicadas el 29 de marzo. Pedía ayuda incluso a sus clientes como posibles financiadores, además de mencionar a las entidades financieras.

Los bancos más posibilistas son partidarios de estudiar cambios en determinados contratos para inyectarle financiación. Duro Felguera afirma que los pagos a proveedores están al día, aunque otras fuentes afirman que empiezan a amontonarse las facturas sin pagar. La deuda financiera bruta del grupo de ingeniería era de 106,7 millones, y desde la compañía se ha llegado a plantear una nueva quita para aliviar su situación.

El dinero para un rescate que no surtió efecto

Reproches. Hace un año, Duro Felguera y las entidades pusieron en marcha un plan de salvamento. Se capitalizaron 233 millones de deuda a través de su metamorfosis en obligaciones convertibles, y el pasivo restante se transformó en un préstamo por 85 millones. La empresa además amplió capital en 125,7 millones. Ahora, el plan de junio de 2018 y el anunciado el pasado 31 de mayo en la junta de accionistas tienen poco que ver. Duro Felguera tiene como objetivo lograr un Ebitda de 4 millones este año (lo que supone un margen del 0,9%), de 13 en 2020 (2,7%), de 22 en 2021 (4,2%), 28 en 2022 (5%) y 41 en 2023 (5,8%). En junio del año pasado, el Ebitda previsto para 2021 era de 78 millones, lo que supondría un margen del 6,8%.

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