El abrupto cambio en HSBC pone en un brete a su presidente
El cese del CEO hará que los inversores responsabilicen a Tucker de lo que suceda ahora
Demasiado incluso para un par de buenas manos. Cuando HSBC eligió a John Flint como su consejero delegado, el presidente Mark Tucker –quien dirigió la búsqueda– elogió su “amplia y profunda experiencia bancaria” y su “conocimiento y respeto por la herencia de HSBC”. Sin embargo, ayer, el exjefe de la aseguradora AIA echó al veterano banquero, que llevaba tres décadas en la entidad, después de solo 18 meses en el cargo. Los inversores responsabilizarán a Tucker de lo que suceda ahora.
Los accionistas de HSBC tienen mucho de qué preocuparse. El prestamista se está preparando para un Brexit a las bravas en su mercado doméstico, lidiando con la agitación política en Hong Kong, y atrapado por las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos, en particular por lo relativo al fabricante de equipos de telecomunicaciones Huawei. La caída de los tipos de interés en dólares estadounidenses es otro obstáculo. Tucker dijo que el consejo decidió que necesitaba a otra persona para abordar este “entorno global cada vez más complejo y desafiante”.
Sin embargo, es difícil precisar una razón sustantiva para la salida de Flint. El rendimiento del capital tangible está en línea con el objetivo del 11% del banco, y las excepcionales ganancias le permitieron anunciar una nueva recompra de acciones por valor de 1.000 millones de dólares, al tiempo que le mostraba la puerta de salida al consejero delegado. La estrategia que presentó Flint hace poco más de un año sigue intacta.
El ambicioso y práctico Tucker siempre fue un contraste con el discreto y cauteloso Flint. Pero la aprobación del nombramiento por parte del presidente –que siguió a un proceso exhaustivo que examinó cuidadosamente a los candidatos internos y externos– significa que debe asumir la responsabilidad del cambio brusco de dirección.
El director de banca comercial, Noel Quinn, se hará cargo de forma interina, pero el proceso de encontrar un sucesor permanente podría llevar hasta un año. Dado que Flint era el candidato interno preferido, la elección de un externo parece más probable ahora.
Piyush Gupta, consejero delegado del singapurense DBS, goza de una sólida reputación en la banca asiática. El consejero delegado de Lloyds Banking Group, Antonio Horta-Osorio, ha codiciado el puesto en el pasado. Andrea Orcel, exdirector de banca de inversión de UBS, sería una opción más atrevida, sobre todo porque está en plena demanda a Santander por 100 millones de euros.
La cultura insular de HSBC podría beneficiarse de una nueva perspectiva. Sin embargo, tanto Tucker como el director financiero Ewen Stevenson, que se unió a Royal Bank of Scotland en enero, son recién llegados.
Por lo tanto, la perspectiva de esperar a que un nuevo consejero delegado se haga cargo de su balance de 2,8 billones de dólares debería ser motivo de preocupación para los accionistas y los reguladores. Pase lo que pase, Mark Tucker está en un brete.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías