Gancedo, una tapicería con el ADN cosido a telas
La tienda madrileña fue la encargada de decorar el Congreso de los Diputados para el nombramiento de Felipe VI
El 2 de junio de 2014 sucedió un hecho que quedaría recogido para siempre en los libros de historia: el rey Juan Carlos I abdicaba, cediendo el trono a su hijo, Felipe VI, que sería nombrado monarca de España el 19 de junio.
En pleno revuelo mediático y social, los hermanos Gancedo recibieron una llamada del Gobierno en la que les solicitaban sus servicios para decorar en tiempo exprés todo el Congreso de los Diputados, lugar en el que se celebraría la proclamación del nuevo Rey.
“Recuerdo que los empleados de Gancedo trabajaron sin parar durante 48 horas. Todo sucedió muy rápido. Una noche salieron a las 11 y tuvieron que regresar para terminar de perfeccionar los últimos detalles. Acabaron saliendo a las 2 de la madrugada de allí”, recuerda con satisfacción Manuel Gancedo, director general de Tapicerías Gancedo, en la nueva sede abierta este año en la madrileña calle de Velázquez.
Preparamos todo para el nombramiento del Rey en 48 horas
Manuel Gancedo, director general
El Congreso quedó decorado en 48 horas, trabajo que corrió a cargo de unas 20 personas de la empresa textil. “Usamos un terciopelo en color granate. El trabajo fue muy intenso. Mi hermana Beatriz fue la que estuvo al pie del cañón, ultimando todos los detalles junto a la presidenta del Parlamento”, subraya.
Orígenes
En 1945, en plena depresión económica, tras una larga Guerra Civil, los hermanos José y Bernardo Gancedo abrieron un negocio de telas en la Rambla de Barcelona (el cual continúa funcionando), en cuyo señorial letrero de entrada se anunciaba el nombre de Tapicerías Gancedo.
En 1950 inauguraron su local en Madrid, en la calle de Recoletos, donde se mantuvieron hasta hace poco, cuando se mudaron a la calle de Velázquez. Con este traslado buscan renovar la marca. “Queremos redefinir la visión de la empresa, reforzar nuestros valores, y la nueva sede es un primer elemento tangible. No obstante, no nos olvidamos de nuestro ADN. Está cosido a telas”, explica Manuel Gancedo.
La cifra
5% crecerá este año la facturación de la tapicería, según cálculos de la firma. La compañía se ha propuesto alcanzar a finales de ejercicio los 13 millones en ingresos. Gancedo basa esta previsión en que se encuentra en una etapa de “mayor visibilidad”.
Para los hermanos, una de las marcas de la casa desde el principio ha sido la cocreación de espacios con un trato personalizado. “Las empresas familiares suelen tener un trato muy especializado, muy de estar cerca de la gente. Eso nos diferencia de otras empresas del sector”, afirma.
Tapicerías Gancedo ha trabajado, prácticamente desde sus inicios, con artistas y veteranos del mundo del diseño y del arte. Figuras reconocidas como el fallecido humorista gráfico Forges o la arquitecta e interiorista italiana Teresa Sapey, diseñadora de la nueva sede de Madrid, han trabajado con ellos.
La compañía obtiene el grueso de su facturación en el mercado nacional. En 2018, los ingresos se situaron en torno a los 12 millones de euros, cifra que se ha mantenido constante en los últimos tres años, aunque con algunas subidas y bajadas. Para el cierre de 2019 esperan crecer un 5% gracias a operaciones que tienen en ciernes. Pero no siempre han disfrutado de bonanza económica.
Durante los años posteriores a la crisis, la empresa sufrió la pérdida de proveedores y clientes que cerraron. “Fueron tiempos tan complicados que fue difícil convencer a la cuarta generación de que se quedasen y continuasen. Al final, las crisis o te debilitan o te hacen más fuerte. Yo creo que en nuestro caso fue lo segundo”, asegura el directivo.
Negocio exterior
Respecto al resto de mercados en los que operan, el Caribe (cuentan con una sucursal en México desde la que cubren esta área), la Unión Europea y Estados Unidos son otros de gran relevancia. Entre los que están despuntando destacan Escandinavia y Oriente Medio.
No obstante, “aún queda todo por hacer. La ventaja de no tener todavía una presencia notable es que la cuarta generación tiene el reto de la expansión internacional. Pepe, que es nuestro sobrino, ya vive en México. El objetivo es ser la marca española líder en la creación de espacios en todo el mundo”, apunta.
Historia
Comienzos. José Gancedo, junto a su hermano Bernardo, abre en marzo de 1945 Tapicerías Gancedo en la Rambla de Barcelona.
Depresión económica. Los primeros años fueron tiempos tan difíciles que llegaron a no tener calefacción en el local.
Bonanza y traslado. “Con esfuerzo y tesón, se convirtieron en líderes del sector en Barcelona”, dicen. Cinco años después de su fundación abrieron una sede en la calle de Recoletos, en Madrid.
En el ámbito de la investigación, la empresa destina entre el 5% y el 7% de su facturación a esta partida. “Estamos obligados a invertir constantemente en I+D+i porque nos dedicamos al diseño”, puntualiza.
Emmeline Gancedo es quien se encarga del área de diseño dentro de la firma. “De ella y de su equipo nace la creatividad de todo el proceso. Ellos deciden los estilos, investigan hacia dónde van las tendencias, los colores, las texturas...”, agrega.
En materia de medio ambiente, reconoce que, a pesar de que la industria textil es altamente contaminante, muchos de los procesos que están poniendo en marcha reducen notablemente la contaminación.
“Nosotros no estamos en el mundo de usar y tirar, sino que hacemos cosas perdurables. Eso, a nivel ecológico, es muy importante, hay que hacer cosas que perduren muchos años. Incluso, una vez que han sido usados, se pueden rediseñar o readaptar a la nueva tendencia”, defiende.
En cuanto a su visión de futuro, para Manuel Gancedo, la cuarta generación liderará la prosperidad de la empresa. En materia de digitalización, en la cual reconoce invertir un porcentaje alto a nivel interno –no especificado–, destaca la puesta en valor de los jóvenes. “La gente joven viaja un montón, se come el mundo, incorporan novedades. Necesitamos un futuro en el que ellos nos indiquen hacia dónde ir”.
Un proceso artesanal tejido hilo a hilo
El proceso de fabricación de las telas en Gancedo es largo y costoso a nivel productivo. Manuel Gancedo, su director, cuenta que “son muchos meses, incluso un año y medio o dos de trabajo”.
“Esta es una empresa muy de relaciones, de cercanía. Tenemos proveedores con los que llevamos más de 40 años trabajando”, comenta. Para Gancedo, la importancia de la cooperación entre cliente y empresa a la hora de establecer el producto es esencial.
Respecto a la atracción de los clientes, subraya que “las formas de contactar con ellos son muy diversas. Desde la amistad con ellos y la confianza de dejarse asesorar por nosotros, hasta una relación puramente profesional, donde trabajamos con arquitectos y decoradores. Muchos de nuestros clientes prefieren mantenerse en el anonimato y hay que establecer con ellos un contrato de confidencialidad”.
En cuanto al proceso productivo, explica: “Primero es el diseño, luego los materiales, después se habla con los fabricantes... Nos gusta supervisar la producción en todo momento, ver cómo está quedando, si nos gusta o no nos gusta. Una vez que se tienen las pruebas finales, se testea a ver si está lejos o cerca de la realidad, y en el caso de que sea correcto, se lanza”.
Emmeline Gancedo es, de todos los hermanos, la que más sensibilidad e inspiración tiene a la hora de crear y desarrollar nuevos productos. “Emmeline viaja muchísimo, está constantemente pendiente de las tendencias. Es la fuente de inspiración para Gancedo. También decide a veces colaborar con artistas”, destaca.
El proceso productivo es artesanal en todas sus fases. “Cuando se dice que la cosa tiene tela, es verdad”, afirma el empresario entre risas.