Jorge Capilla: “Nuestra factura de la luz llega el día 1 de cada mes y se entiende”
Han desarrollado un algoritmo que prevé el consumo eléctrico de los hogares durante un año
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La sobriedad es lo primero que llama la atención al entrar en el despacho del director general de Podo, Jorge Capilla (Murcia, 1975), en línea con la sencillez que busca comunicar la propia compañía. “Las facturas llegan el día uno de cada mes y se entienden con claridad”, incide.
Tras años en consultoras como PwC o McKinsey, el directivo asegura que lo que la posibilidad de coger un proyecto y desarrollarlo de principio a fin fue lo que más le atrajo cuando le propusieron dirigir la compañía. Ahora, su propósito no es solo sacar adelante la compañía, sino transformar un sector del que se tenía una visión negativa. “Como las telecomunicaciones 10 años atrás”, apunta. El cambio, según el directivo, viene marcado por la disrupción digital: los datos son la base de su negocio. Han desarrollado un algoritmo que mezcla el histórico del consumo eléctrico en España, las previsiones de temperatura y los calendarios laborales por provincia, entre otras fuentes, para predecir el gasto de cada hogar en los próximos 12 meses. “Estamos tan convencidos de que acertaremos que algunos de nuestros productos son una tarifa plana”, explica Capilla, para quien la confianza es la principal demanda de los consumidores actuales.
El 100% de la energía que comercializan proviene de fuentes renovables. Algo que, reconoce, les es difícil de garantizar al tratarse de una comercializadora pequeña. Además, Galp ha entrado recientemente en el accionariado y es dueña del 25% de la compañía. “Lo que nos da credibilidad y fortaleza, demuestra que nos ve como un proyecto de crecimiento estable y a largo plazo”, comenta orgulloso Capilla.
La escalabilidad y la automatización de procesos son la clave del éxito de un negocio como Podo, integrado por 18 personas, según su responsable. “Somos casi el mismo número de empleados ahora que cuando teníamos 5.000 clientes”, explica. El reto ahora es seguir escalando este modelo y alcanzar 100.000 usuarios el año que viene con los mismos trabajadores.
El despacho de Capilla está lleno de gráfico y esquemas que ilustran todos los procesos por los que pasa cada nuevo cliente. “El 95% de los cambios se ejecutan en un día, pero queremos ver las excepciones, los que no se convierten”, prosigue. Su estrategia reside en repasar esta rutina una y otra vez para entender qué es lo que hay que cambiar. “Si se trabaja constantemente sobre las irregularidades, dejará de haberlas”, concluye el ejecutivo, que desde que se aficionó a la música clásica con 18 años, no puede trabajar sin cascos. Las melodías elegidas varían con el flujo semanal: “El lunes es más depresiva, el miércoles, Puccini o Wagner, y el viernes, los Beatles”, broma el ejecutivo, que siempre guarda cuatro auriculares de repuesto en el cajón.