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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un nuevo perfil de inversor para un mercado más activo y transparente

Adoptar una postura proactiva respecto a las decisiones y operaciones corporativas forma parte del ejercicio legítimo del derecho de voto del inversor

CINCO DÍAS

Pese a que el tantas veces anunciado desembarco de fondos activistas en España todavía no se ha llevado a cabo, en los últimos tiempos comienzan a soplar vientos de rebeldía accionarial en el mercado español. Grupos de inversores minoritarios, cada vez con más frecuencia, demandan y exigen mayor atención que en el pasado, hasta el punto de adoptar estrategias de presión que han logrado poner en dificultades a los gestores de las compañías o alterar la hoja de ruta prevista en las ofertas públicas de adquisición. Durante esta primera parte del año, ese nuevo perfil de inversor ha sido especialmente activo en las opas, al adoptar una estrategia pensada para forzar al comprador a elevar el precio de su oferta. En lugar de acudir a la operación y vender posteriormente para embolsarse la plusvalía, fondos y minoritarios han optado por comprar acciones para disparar la cotización, lograr que absorba la prima ofrecida por el comprador y obligarle a subir el precio. Así ha ocurrido con la opa de Telepizza, en la que fondos de inversión y minoritarios se han hecho con el 44% del capital, o con la de Dia, en la que han logrado controlar el 30%.

En otros casos, han sido decisiones de gestión o gobierno corporativo las que han impulsado a los accionistas a dar un paso al frente y echar un pulso. Así ha sucedido en la última junta de Ferrovial, en la que los propietarios del 27,5% del capital se opusieron a la decisión de la compañía de vender la división de servicios, o en la junta de Santander, donde un 14,4% de los inversores rechazó la reelección del vicepresidente Bruce Carnegie-Brown. Algo similar ocurrió en la de ACS, en la que un 35% dijo no a la reelección de Florentino Pérez como presidente del grupo.

Aunque para los consejos de administración de las compañías y los accionistas de control este nuevo perfil de inversor pueda resultar incómodo y hasta obstaculizante, adoptar una postura proactiva respecto a las decisiones y operaciones del mercado forma parte del ejercicio del derecho de voto del accionista y constituye, especialmente en el caso de los inversores particulares, un signo saludable de interés y responsabilidad. Como todo derecho, para que su ejercicio sea legítimo debe estar guiado por el interés en colaborar con el bien común y con la buena marcha de la compañía y no ser utilizado como un medio de acoso y derribo por fines espurios. Precisamente por ello cualquier mecanismo dirigido a reducir la capacidad de maniobra del accionariado de una compañía, como la propuesta de introducir acciones de lealtad en las sociedad, restará transparencia y vitalidad al mercado.

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