Europa afronta con retraso el reto de tomar posiciones en la batalla tecnológica
España dispone de la infraestructura pero no es capaz de explotarla
EE UU y China son las dos principales economías del mundo, aunque ocupan el tercer y decimocuarto puesto en el ranking de competitividad mundial elaborado por el IMD. Y son las amenazas de una guerra comercial lo que las relega a estos puestos.
Este conflicto afecta a las economías de todo el mundo y en particular a Europa, que debe "reforzar su papel como dique de contención" ante las consecuencias para empresas y consumidores, pero también debe ver la situación "como una oportunidad de crecer y de construir una alternativa realmente competitiva", declaró la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, durante el encuentro anual IMD, organizado en colaboración con la cadena SER, El País y CincoDías, celebrado el miércoles en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Más que guerra comercial, los participantes de la mesa redonda posterior, moderada por el periodista Javier Ruiz, catalogaron la cuestión de "pugna tecnológica": una batalla sobre quién logrará la hegemonía en la competitividad de su tecnología, explicó Josep Piqué, economista y exministro de Asuntos Exteriores, Industria y Ciencia y Tecnología. Actualmente presidente de la aeronáutica ITP Aero, subrayó que Europa está perdiendo la batalla.
A pesar de que todos los presentes resaltaron la extensa red de telecomunicaciones de España como uno de sus puntos fuertes, también estuvieron de acuerdo en la falta de adopción de esta tecnología. "La riqueza de un país en el siglo XXI se va a medir por su nivel de digitalización" y en este sentido, en España, "el ciudadano está más digitalizado que la empresa", puntualizó María Jesús Almazor, consejera delegada de Telefónica en España.
Para esta adopción, la formación es clave y por tanto, la creación de perfiles que se adapten a las nuevas necesidades. Esta situación divide la responsabilidad entre el sector público y el privado. Y es que la inversión en I+D fue lo primero que ambos recortaron con la llegada de la crisis, recordó Javier Santiso, economista y fundador de Start Up Spain.
De cara al futuro, Almazor considera que la colaboración entre ambos mundos es esencial, aunque Elena Pisonero, presidenta de Hispasat, sostiene que el mundo empresarial no puede "esperar" a que la solución venga de fuera, dada la insostenibilidad de las cuentas de las compañías. "Las empresas deben asumir la responsabilidad de transformar las organizaciones para que sean capaces de ocupar con rapidez las posiciones en el mundo que se está creando, no en el mundo de ayer", afirmó.
En el debate se habló de regulación y en concreto de la apropiación y el uso del "nuevo oro del mundo digital, los datos", que va a parar a manos de los gigantes estadounidenses o chinos. "Europa tiene que hacer política para regular y proteger sus empresas, su innovación y su capacidad de competición", concluyó Jaime García Cantero, director de contenidos del Foro Retina.
La transición ecológica, una ocasión para la economía
España está estancada en los niveles de competitividad de su economía, como revela el ranking de IMD, que la sitúa en el puesto 36. Para acabar con esta situación, "hay que reorientar el modelo productivo" y estimular sectores como la economía digital o la transición ecológica, apuntó la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero.
La estrategia de lucha contra el cambio climático movilizará en torno a 200.000 millones de euros en inversión pública y privada a lo largo de la próxima década y generará alrededor de 300.000 nuevos empleos de calidad entre 2021 y 2030, según Montero.