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Ayuntamientos saneados pero con muchos servicios por cubrir

Son la únicas Administraciones que tienen superávit

Radiografía de las grandes ciudades
Belén Trincado / Cinco Días
Marta Yoldi

Los comicios de este domingo implican el cambio de manos de no pocos de los 8.093 ayuntamientos españoles y de sus equipos de gobierno. Equipos que, en los próximos cuatro años, tendrán que abordar problemas diversos. Al menos, la mayoría de ellos inician la legislatura con una buena noticia: las corporaciones locales son las únicas de las Administraciones públicas españolas que no arrastran deudas, pues se prevé que en 2019 obtengan un superávit que rondará el 0,5% del PIB.

De acuerdo con el informe de abril sobre las finanzas locales de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), “en enero se estimó muy probable el cumplimiento del objetivo de estabilidad en 2019”, aunque la institución añade que, al ser este un año electoral, puede que el cumplimiento sea menor que en 2018. No todos los ayuntamientos están en la misma situación y algunos presentan “riesgo de insostenibilidad a medio plazo”.

Los casos más espectaculares, según la Airef, son los municipios de Parla (Madrid), con una deuda del 1.015% del PIB; Jaén, que debe el 489%, o Navalcarnero (Madrid), que adeuda el 410%. En la lista negra de los muy morosos se encuentran más de una veintena, la mayoría en Andalucía y la Comunidad de Madrid. La situación es grave especialmente para sus proveedores, que ven alargarse años los periodos de pago.

Pero el resto de municipios españoles presentan otros problemas distintos a los económicos. La prueba es que en la campaña electoral los impuestos, protagonistas de las preocupaciones de los partidos en otro tipo de comicios, se han dejado ver poco. Los retos de los nuevos alcaldes y concejales van por otro lado. El denominador común es la prestación de servicios, en este caso mucho más cercanos a los ciudadanos.

La España vaciada

La disparidad de la población española es el primer hándicap y, por ello, las necesidades son diversas. De los 8.124 municipios que existen en España (se eligen ediles en 8.093), el 60% tiene menos de 1.000 habitantes y el 80% no llega a los 10.000. El riesgo de despoblación afecta al 53% del territorio nacional y al menos siete comunidades autónomas forman parte de lo que ya se conoce como la España vaciada, según datos del Ministerio de Política Territorial.

La falta de servicios básicos es el gran reto al que se van a enfrentar los nuevos alcaldes y concejales. A la España vaciada, y también a otros muchos municipios pequeños del país, le hacen falta infraestructuras tan vitales como las de transporte, sanidad o educación. No hay actividad económica, no hay puestos de trabajo y el desarrollo se va alejando hacia poblaciones más grandes en una espiral sin fin.

La desesperación de estas zonas se ha organizado y sus protestas han provocado que, por primera vez, todos los partidos que se presentaron a las elecciones generales del pasado 28 de abril incluyeran en sus programas propuestas para los pueblos más pequeños. Ahora, las recién elegidas corporaciones de la España diminuta tienen ante sí la lucha para que esas propuestas se cumplan y sus habitantes disfruten de servicios imprescindibles.

Problemas de los grandes

Los retos de las poblaciones más grandes son de otro tipo. Cerca de 400 ayuntamientos españoles superan los 20.000 habitantes. A partir de esa población, los nuevos consistorios han de poner en marcha lo prometido: nuevos equipamientos sociales, más transporte público, zonas verdes, agilización de trámites administrativos, apoyo al comercio minorista, peatonalización de cascos antiguos, etc. En las poblaciones más grandes, las miras de los equipos salidos de las urnas estarán puestas a corto plazo en los pactos poselectorales.

En España solo hay dos municipios que superan el millón de habitantes, Madrid y Barcelona. Aquí hay que encarar preocupaciones específicas.

En la capital española, según una reciente encuesta, los tres problemas a los que los vecinos demandan soluciones inmediatas son, por este orden, la limpieza, la contaminación y el tráfico. A propósito de este último, la controversia política se centra en la decisión de eliminar el tráfico privado del centro de la ciudad, la famosa almendra Madrid Central, alabada por unos y criticada por otros, sobre todo por comerciantes y profesionales autónomos.

En Barcelona, el acceso a la vivienda y el turismo masificado son los dos grandes temas que tendrá que abordar el nuevo consistorio, de acuerdo con la última encuesta de servi­cios municipales.

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