Madrid le gana a Bizkaia la batalla por la herencia del fundador de Eulen
El Supremo dictamina que el domicilio fiscal de Álvarez, que contaba con una fortuna estimada en 450 millones, era la capital y no Bilbao
La muerte de David Álvarez, el multimillonario fundador del grupo Eulen y dueño de Bodegas Vega Sicilia, en noviembre de 2015, desató algo más que un nuevo enfrentamiento entre sus malavenidos herederos. El fallecimiento abrió también un pulso fiscal entre la Agencia Tributaria y la Hacienda Foral de Bizkaia por ver dónde debía tributar la herencia del finado. El Tribunal Supremo acaba de poner punto y final a la disputa sentenciando a favor de la Administración General del Estado lo que provocará que sea Madrid, y no Bizkaia, quien haga caja con el legado del magnate.
La disputa judicial arrancó porque el fallecido contaba con vivienda tanto en Bilbao como en Madrid. También poseía otra en Málaga, pero las dos primeras figuraban como domicilio en el registro de sus empleados de hogar de la Seguridad Social, por ejemplo. Ante esta situación, la Diputación Foral de Bizkaia asumió que Álvarez vivía en la provincia vasca, como figuraba en su DNI, mientras que el Estado defendió que su residencia habitual y fiscal estaba en Madrid, donde ejercía el grueso de su actividad.
La cuestión fue elevada a la Junta Arbitral del Concierto Económico con la Comunidad del País Vasco. Esta decretó, en junio de 2017, que la herencia debía tributar en Euskadi. Argumentaba que Álvarez estaba empadronado en Bilbao, administraba Eulen, con sede social en dicha ciudad, y contaba con cuatro cuentas corrientes abiertas allí. El Estado recurrió entonces la resolución ante el Supremo.
La ley marca que el impuesto de Sucesiones debe abonarse en la región en la que más tiempo haya residido el finado en sus últimos cinco años de vida. El análisis del Tribunal Supremo se extendió más allá, al periodo 2007 a 2015. Como resultado, la Sala Tercera de lo Contencioso ha resuelto que la residencia fiscal de Álvarez estaba en Madrid .
El primer pilar en el que fundamenta su resolución se basa en que la cónyuge de Álvarez residía indudablemente en Madrid, donde trabaja como empleada del grupo Eulen, como así figura en sus declaraciones de IRPF. Se trata de Maite Esquizábel, tres décadas más joven que su marido (que falleció a los 88 años), quien pasó de ser la secretaria del multimillonario a convertirse en su tercera esposa en 2009. Anteriormente Álvarez había estado casado con María Vicenta Mezquiriz, con que tuvo siete hijos, y, tras enviudar, con Teresa Vidaurrázaga, otra secretaria que también falleció.
Los magistrados recuerdan que la ley obliga a los cónyuges a residir juntos y no aprecia prueba en contra de que lo hicieran. Además, el fallo destaca que Álvarez administró en su última década de vida un total de 15 sociedades de las que solo una de ellas, Eulen, tenía sede social en Bilbao, no así su sede fiscal. La mayoría de estas compañías estaban radicadas en Madrid, donde se celebraban buena parte de sus reuniones. Sobre las cuentas bancarias, el Supremo matiza que pese a estar abiertas en Bilbao, a la entidad financiera del finado le constaba como domicilio el de Madrid, donde disponía de otra cuenta y era apoderado de varias más.
Finalmente, el Supremo afea a la Junta que obviara, por ser anónimo, el testimonio de una persona que atendió a la inspección fiscal en la casa de Bilbao y relató que Álvarez residía habitualmente en Madrid. Una declaración que coincide con otra, “espontánea”, de un conductor de autobús de Madrid que aseveró que el fallecido residía en esta ciudad y paseaba habitualmente por el barrio.
El Supremo admite que todas las pruebas son indiciarias pero defiende que permiten inferir razonablemente que Álvarez residía en Madrid. Como consecuencia, será esta Comunidad quien ingrese la tributación de Sucesiones correspondiente a su herencia.
Se desconoce el valor concreto de la fortuna que legó Álvarez, si bien la revista Forbes le situaba un año antes de su muerte en el puesto 83 de los más ricos del país, con 450 millones de capital. A partir de ahí, desde el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) explican que la carga de tributación por Sucesiones de Madrid en 2015 para hijos y cónyuges es ligeramente inferior a la de Bizkaia. Aunque la Hacienda foral cuenta con tipos más bajos (del 1,5%) y un monto exento de 400.000 euros, frente a los 16.000 de Madrid, esta última región bonifica las herencias a cónyuges e hijos al 99%. Dando por bueno el dato de Forbes, el legado de Álvarez habría dejado seis millones de euros en las arcas vascas pero acabará ingresando menos de dos en las de Madrid, según una estimación preliminar propia.
La posible rebaja fiscal beneficiará especialmente a la viuda de Álvarez, a la que legó un sueldo vitalicio de 12.000 euros mensuales (incrementados con el IPC) y tres millones en efectivo, según publicó El Mundo. A sus dos hijos predilectos, María José Álvarez Mezquíriz –que hoy controla Eulen– y Jesús David, les correspondió su herencia más un tercio de mejora. Finalmente, a sus otros cinco hijos, Elvira, Marta, Emilio, Juan Carlos y Pablo Álvarez Mezquíriz, les dejó su parte de la herencia legítima, la tercera parte de obligado reparto por igual entre los hijos.
Los hermanos se verán las caras el próximo viernes en la junta de la firma El Enebro, cabecera de Vega Sicilia, donde batallan a cuenta del reparto de dividendos.
A su vez, como consecuencia del fallo del Supremo, si Álvarez tributaba por IRPF en Bizkaia, Hacienda podría reclamar aún los impuestos pagados en 2014 y 2015, si bien el plazo para corregir la declaración de ese primer año expira a finales del próximo junio.