Unicaja y Liberbank rompen las negociaciones de fusión
Ambas entidades no logran cerrar un acuerdo en cuanto al eventual reparto accionarial de la sociedad resultante
Las negociaciones que venían manteniendo Unicaja y Liberbank de cara a una posible fusión entre las dos antiguas cajas ha fracasado. Liberbank ha enviado un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que asegura que no se ha alcanzado un acuerdo en cuanto al eventual reparto accionarial en la posible fusión con Unicaja, "por lo que el consejo de administración de Liberbank ha decidido por unanimidad dar por finalizados dichos contactos", subraya el comunicado.
Desde un primer momento, a tenor del volumen de activos, se dio por hecho que Unicaja Banco obtendría una participación del 60% y Liberbank el 40% restante, pero fuentes próximas a la operación matizaron a Efe que el grupo andaluz probablemente se quedaría entre el 55 y el 57%,
con lo que Liberbank aumentaría hasta el 43 o 45%..
"En todo caso, asegura el anuncio, Liberbank, está plenamente comprometida con el cumplimiento de sus objetivos comunicados al mercado, en línea con lo que ha venido realizando hasta la fecha". Igualmente Unicaja ha asegurado en otro hecho relevante que "desde su positiva trayectoria y solidez financiera, seguirá trabajando para el cumplimiento de sus objetivos estratégicos, establecidos en su plan de negocio, y maximizar el valor para sus accionistas".
De este modo, se da por finalizada una operación que de haberse materializado habría dado lugar a la sexta entidad por volumen de activos en España. Con 92.000 millones de euros en activos, por detrás de Santander, CaixaBank, BBVA, Bankia y Sabadell y por delante de Bankinter, con 61.000 millones, Abanca, con 51.000 millones, Kutxabank, con 47.000 millones e Ibercaja, con 46.000 millones.
La entidad resultante también ocuparía la sexta posición por número de préstamos, con un importe total de 51.000 millones de euros, por delante de Bankinter, Kutxabank, Ibercaja y Abanca, en ese orden.
En un reciente informe elaborado por Credit Suisse, la entidad echaba recientemente agua fría a un eventual acuerdo entre ambos consejos de administración al precisas que "os gastos de reestructuración derivados de la fusión entre Unicaja y Liberbank alcanzarían los 317 millones de euros, tres veces más que las sinergias que aprovecharán ambas entidades tras la integración y lo que supone una proporción mayor que la registrada tras las integraciones de BMN por Bankia y Popular por Santander".
Las redes de sucursales de ambos grupos eran complementarias e iban a sumar 1.866 oficinas, 1.182 de Unicaja Banco y 684 de la propia Liberbank,que cuenta además con más de un centenar gestionadas por asesores bajo un modelo de franquicia.
En los más de cinco meses de conversaciones entre ambas entidades, la sorpresa la protagonizó Abanca, controlada por el venezolano Juan Carlos Escotet, que el 22 de febrero ofreció 1.700 millones de euros para hacerse con el 100 % de Liberbank. La oferta proponía un canje de acciones a las fundaciones de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, y, en teoría, un pago de casi 1.300 millones al resto de accionistas.
Abanca parecía dispuesta a pagar 0,56 euros por título a los accionistas de Liberbank, según informó en su momento a la CNMV, sin embargo, su propuesta era singular porque se articulaba como una opa por fases que llegaba en plena fusión Liberbank-Unicaja Banco.
Sin embargo, estas dos entidades trasladaron hasta el último momento que avanzaban en su integración, e incluso con algunas "concesiones" entre ambas entidades, por lo que la fusión parecía seguir siendo la prioridad hasta ahora.
Al margen de la ruptura de las negociaciones, en los últimos días se conoció que Bank of America, asesor de Escotet, afloraba una participación del 7,8 % en Liberbank, lo que le colocaba entre los accionista significativos.
En el pasado Cajastur, una de las entidades que lidera Liberbank, también puso fin a unas negociaciones de fusión con la CAM, en lo que iba a ser la creación del Banco Base, por las dudas sobre la contabilidad de la extinta caja alicantina, que finalmente acabó siendo intervenida
y vendida al Banco Sabadell.