Y llegó mayo... ¿vendemos y nos vamos?
Tras un inicio de año muy fuerte, parece prudente tomar una posición más conservadora
Pocas veces hemos comentado en esta tribuna que los inversores llevamos muy mal la incertidumbre o, mejor dicho, preferiríamos saber qué va a pasar mañana, el mes que viene, el año que viene que vivir con la duda. Por eso, de vez en cuando, nos “inventamos” reglas que nos ayuden a predecir el comportamiento de los mercados, aunque sea muy a cortísimo plazo.
Recordemos algunas: “Las bolsas siempre caen en verano”, “el rally de fin de año”, la recientemente añadida “el Ibex siempre cae al día siguiente de las elecciones generales” y no nos olvidemos del “sell in may and go away”.
De tanto repetirlas, acabamos creyendo en su infalibilidad, y la realidad es que cuentan con tantos aciertos como excepciones a la regla.
Seguro que recuerdan ustedes algún verano tranquilo y plácido, y algún diciembre en el que las bolsas fallaron a Santa Claus (sin ir más lejos, el año pasado). Y la del Ibex... pues esta vez subió, pero, miren por dónde, estamos en mayo y, con el mes de las flores, llega la inevitable pregunta: ¿hay que salirse del mercado?
Los gestores y asesores hemos de estar preparados para este tipo de preguntas, pero nuestra tarea fundamental es ayudar a los inversores a permanecer invertidos, siempre teniendo en cuenta su plan financiero y su horizonte temporal, y evitar las tentaciones que provocan los mitos (que muchas veces no se cumplen) y los efectos perniciosos del market timing.
La mejor manera de desmontar un mito es analizarlo con la tozudez de los números. Para ello, tomo prestado el análisis que hizo mi compañero Josep Prats, gestor del fondo Abante European Quality, en el que pasaba por el pasapuré la regla de mayo a lo largo de los 12 años (de 2005 a 2016) de vida de su fondo.
La conclusión fue bastante clara. Los inversores que permanecieron invertidos los 12 meses del año durante 12 años, obtuvieron una rentabilidad del 201% (un 9,6% anual compuesto). Los inversores que cada año, hubieran vendido en mayo y permanecieron el resto del año en liquidez, habrían ganado muchísimo menos, tan solo una tercera parte: un 42% de rentabilidad acumulada en 12 años, es decir, un 3% anual compuesto.
Como táctica, no parece que funcione demasiado bien lo de salirse en mayo y perderse el resto del año. La realidad es que unos mayos la bolsa sube y otros mayos la bolsa baja. Como cualquier otro mes del año. Como anécdota, en 2018 subió, y en 2017, también. En general, acertar con lo que haga el mercado de forma consistente es prácticamente imposible y, aunque puntualmente salirse pueda tener un resultado positivo, la cuestión relevante es cuándo volver a entrar.
Lo que ocurrió en el cuarto trimestre de 2018 y lo que estamos viviendo en el comienzo de 2019 es un buen ejemplo de ello. Los inversores que aguantaron el chaparrón, hoy están mejor que los que se salieron en diciembre y no han vuelto a entrar, y de estos hay muchos.
Asumiendo que no tenemos la bola de cristal, nuestra tarea es tomar decisiones y gestionar las carteras de tal forma que hagamos más placentera a nuestros clientes la experiencia de invertir, pero estando invertidos. Ante la pregunta de si hay que salirse en mayo, nuestra respuesta es NO.
En estos últimos siete meses hemos tomado muchas decisiones, afortunadamente acertadas (vistas con el retrovisor), y nos gustaría compartir con ustedes lo que estamos haciendo ahora. Decidimos comenzar el año apostando fuertemente por la renta variable. Las noticias no eran buenas, el sentimiento era aún peor, pero los precios eran muy atractivos. Enero fue espectacular y nuestras carteras registraron fuertes alzas. Febrero, marzo y abril han seguido con la tendencia alcista, tanto, que estamos viendo máximos históricos en varios índices, entre ellos la bolsa estadounidense, pero también el índice mundial en euros (nuestro índice). Varios de nuestros fondos están en máximos históricos también. Esto quiere decir que no hay ningún partícipe que esté perdiendo dinero, con independencia de su momento de entrada.
Tras este comienzo de año tan fuerte, uno de los mejores de los últimos treinta años, nos parece prudente adoptar un posicionamiento algo más conservador. Seguimos prefiriendo la renta variable ante cualquier otro activo, aunque tras las fuertes subidas de los últimos meses, preferimos hacerlo algo menos invertidos. En nuestra cartera modelo hemos pasado de un 65% a un 50% en renta variable que tenemos en la actualidad.
Además, aprovechando que los niveles de volatilidad han descendido notablemente hemos decidido incorporar coberturas a las carteras, a través de estrategias con opciones. Si los mercados siguen subiendo, seguiremos disfrutando de las subidas. Si los mercados caen, estaremos protegidos en una buena parte de nuestra cartera. Es decir, subir cuando sube y caer menos cuando cae, que es, a fin de cuentas, lo que nos piden nuestros inversores, y lo que les permite dormir tranquilos por las noches.
Ya veremos qué nos deja este mayo. Las bolsas en algún momento se tomarán un descanso, pero porque es lo normal, con independencia del día del calendario.
Puestos a creer en frases hechas sobre el mes de mayo, me van a permitir que me quede con una de nuestro refranero:
“Marzo ventoso y abril lluvioso, hacen a mayo florido y hermoso”.
¿Les parece que se cumple?
Marta Campello es Socia y gestora de fondos en Abante