La conversión del estatus de Blackstone es menos de lo que parece
Pasa de ser una sociedad a ser una corporación, pero un pequeño grupo seguirán controlando la firma
Blackstone se transforma, pero su valor para los inversores probablemente no. La firma dijo el día 18 que cambiará su estatus de sociedad (partnership) a corporación (corporation), algo que debería ampliar su base de inversores y ganarle su inclusión en los índices. Un movimiento similar no ha hecho mucho por KKR, y el poder de Blackstone sigue en manos de un pequeño grupo.
El CEO, Steve Schwarzman, fue el primer barón de las firmas de inversión que lanzó su empresa al mercado de valores, pero se ha declarado frustrado por el relativamente bajo rendimiento de sus unidades comunes, que son esencialmente acciones sin voto.
Desde 2007, Blackstone ha dado a sus accionistas una rentabilidad, incluidos dividendos, del 134%, algo menos que el 145% del S&P 500 y menos de la mitad de BlackRock. Es un dato muy malo para una empresa que ha dominado el espacio de la inversión alternativa, cuadruplicando los activos bajo su gestión durante ese período, hasta alcanzar los 450.000 millones de dólares.
Blackstone dice que casi un tercio de los inversores de capital de EE UU que solo invierten a largo plazo no pueden invertir en sociedades, que tampoco son elegibles para la mayoría de los índices. Pero como corporación, tendrá que pagar el impuesto de sociedades, lo que, estima, reducirá las ganancias entre un 12% y un 13% anual a largo plazo. La firma cree que una cosa compensará la otra. Las unidades de Blackstone ganaron un 7% con la noticia, por lo que cotiza en unas 13 veces las ganancias distribuibles estimadas de este año. BlackRock cotiza en 16 veces. Las unidades de KKR explotaron el año pasado cuando anunció un cambio similar, pero han perdido la mayoría de esas ganancias, y están 10 puntos por debajo del rendimiento de Blackstone.
Y este, al igual que sus pares, sigue centrándose sobre todo en dar beneficios a los socios generales y limitados. Schwarzman, el presidente Jonathan Gray y otros insiders poseen el 66,6% de las acciones de la sociedad que controla el negocio. Sin derecho a voto, incluso tras la conversión, los partícipes deben seguir confiando en esos ejecutivos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías