El cambio climático marca las agendas electorales
El PSOE muestra sus medidas de Gobierno como “el mejor programa electoral”; Podemos propone crear una energética pública y el PP, elaborar su Plan de Energía y Clima
De las propuestas electorales sobre la lucha contra el cambio climático y la transición energética de los principales partidos políticos, la más escueta es la del partido hoy gobernante, amén de la de Ciudadanos que, a día de hoy, no ha ofrecido un texto articulado. Se diría que para el PSOE no hay mejor programa electoral que la multitud de medidas que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprobado en la minilegislatura que comenzó en junio del año pasado cuando una moción de censura le llevó al poder.
PSOE. Con el título “La Agenda 2030: El Green New Deal de España”, los socialistas se comprometen con la transición energética (no en vano, este Gobierno ha sido el primero en contar con un Ministerio para la Transición Ecológica, que ha integrado las competencias en energía). El núcleo de los compromisos del PSOE está en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que, por imposición comunitaria, ha tenido que enviar a Bruselas, y marcan los objetivos de descarbonización a 2030 (en 2050 se prevé lograr la casi eliminación de emisiones de CO2), en que prevé haber cerrado todas las centrales de carbón y la mitad de la potencia nuclear (cuatro de las siete plantas hoy en funcionamiento).
En esta línea, mantiene el objetivo de que en ese horizonte, el 74% de la energía sea renovable. Los socialistas tienen ya en su haber el desbloqueo del autoconsumo, han aprobado una Estrategia contra la Pobreza Energética, otro catecismo de lo que será su política en este sentido, con un bono social para todo tipo de suministro energético y ligado a la renta familiar.
También el anteproyecto de ley de Cambio Climático, que se ha quedado en el cajón, representa el ideario de un plan de descarbonización hasta 2050, en el que figura un objetivo que ha resultado un revulsivo: la prohibición de que en ese año circulen vehículos que emitan CO2 (10 años antes, en 2040, se prohibiría su venta). La medida, pese a figurar solo sobre un papel, desincentiva ya para la compra de vehículos diésel y un incentivo para el impulso de los vehículos eléctricos.
El PSOE promete asimismo un Libro Verde sobre el Agua, para evitar los efectos perniciosos del cambio climático; una estrategia de economía circular y políticas apoyos a los sectores afectados por la transición energética.
Partido Popular. Menos ambicioso o más pragmático, según se mire, resulta el programa del PP en materia de clima. la formación que lidera Pablo Casado pone en la misma balanza, el cambio climático, la seguridad de suministro y el precio de la energía. Defiende las renovables “más competitivas”, pero “sin renunciar a otras tecnologías que aún son útiles", en referencia a las nucleares. Los populares plantean un Pacto de Estado para fijar un mix estable a 40 años que dé certidumbre a empresas y consumidores.
El PP quiere aprobar un nuevo Plan de Energía y Clima 2021-2030, lo cual no parece plausible, ya que el remitido por el Gobierno es el que Bruselas analizará y negociará con el Gobierno, sea cual sea en el futuro.
La formación de Casado no renuncia a una menor fiscalidad, también en el sector energético. Si programa incluye la eliminación de los impuestos a la generación; potenciar la interconexión energética con Europa y la protección del consumidor vulnerable, aunque sin especificar. Para rebajar la factura eléctrica de la industria, utilizará los ingresos adicionales del encarecimiento de los derechos de CO2.
El PP se muestra contrario a la prohibición que plantean otros partidos de los vehículos de combustión. “Debe ser la evolución tecnológica y las decisiones de los consumidores los que marquen el ritmo de sustitución de unas tecnologías por otras”, indica. No obstante, se compromete a financiar los vehículos eléctricos y a apoyar las infraestructuras de recarga.
Además de reforzar las funciones de vigilancia de los organismos supervisores independientes (en alusión a la CNMC, a la que el anterior Gobierno del PP hurtó varias de sus funciones) el partido de casado impulsará un Plan Talento Energía y Clima, financiando la I+D+i en la transición hacia una economía verde.
Podemos. En el otro extremo, esto es, el de un programa detallado, se encuentra Unidas Podemos, el partido que ha sostenido con su apoyo al Ejecutivo de Pedro Sánchez, y al que no se puede negar su influencia. Las propuestas de la formación de Pablo Iglesias. se pueden resumir en “nosotros aún más” que el Partido Socialista.
Así, promete reducir la producción de energía primaria basada en combustibles fósiles (no solo la eléctrica) a la mitad en una década y a crear dos empleos por cada uno que se pierda en la transición. Podemos propone la creación de una energética pública (Red Pública), cuya naturaleza no especifica; ayudas directas a la inversión para pequeñas renovables y reparar (aunque no explica cómo) el perjuicio causado a los pequeños inversores por “el hachazo a las renovables”.
Este partido quiere adelantar el cierre del carbón a 2025 y las nucleares a 2024 (el pacto alcanzado por este Gobierno con las eléctricas y Enresa, fija el cierre de las últimas centrales atómicas en 2035). “Objetivos ambiciosos”, reconoce, “a los que no debemos renunciar”. Deshacer el pacto nuclear resultará prácticamente imposible, dado que no está solo en manos del Gobierno, sino de las grandes eléctricas, y que los fondos para el desmantelamiento son hoy por hoy insuficientes.
Podemos dedica parte de su agenda verde a las hidroeléctricas, cuyas concesiones quiere recuperar para el Estado. Propone, asimismo, rehabilitar 500.000 viviendas al año para hacerlas hasta un 50% más eficientes, con un ahorro medio de 400 euros anuales.
En cuanto a la movilidad, pretende incrementar un 25% el parque de coches elécricos o con tecnologías no contaminantes en 2025 y hasta el 70% en 2030. Y dice que aprobaría ayudas para la compra de este tipo de vehículos.
Ciudadanos. De las pocas manifestaciones de la formación que lidera Albert Rivera, sobre sus posiciones respecto a la transición energética, figura un plan para luchar contra el plástico, la deforestación y el cambio climático, sin demasiadas especificaciones.
De Gobernar, Rivera se ha mostrado dispuesto a incorporar en su sprimeros cien días un plan de choque para luchar contra los residuos plásticos y cumplir con lo que nos exige Europa. La formación naranja también se ha comprometido a reforestar más de 455.000 hectáreas.
La posición de la formación naranja en materia energética ha sido vacilante. El año pasado, su grupo parlamentario instó al Gobierno de Mariano Rajoy, a través de una proposición no de ley, a tramitar una ley de cambio climáticpo ambio climático y objetivos vinculantes de descarbonización de la economía para 2050. Después no apoyó precisamente la iniciativa del Gobiero del PSOE en este sentido.