Endesa inicia una nueva etapa con la designación de Sánchez-Calero como presidente
Borja Prado se despide de la presidencia en una junta general marcada por una huelga y fuertes protestas de los empleados de la eléctrica
En medio de un fuerte abucheo por parte de cientos de trabajadores de Endesa, que se manifestaron dentro y fuera de la junta en una jornada de huelga general, Borja Prado, intentó el viernes pronunciar su último discurso como presidente. Tras la asamblea, el consejo de la eléctrica aprobó el nombramiento de su sustituto en un cargo que ha ocupado durante 10 años, el abogado mercantilista Juan Sánchez-Calero.
Para alejar el conflicto sindical por el nuevo convenio, que se ha judicializado, la junta de Endesa se ha celebrado este año en un hotel de Madrid y no en la sede como venía siendo habitual. Sin embargo, multitud de empleados pudieron acceder a la junta e intervenir en ella tras adquirir una acción.
Sánchez-Calero, que fue nombrado consejero independiente el pasado 11 de marzo, como paso previo a su designación como presidente de Endesa, declaró al concluir la asamblea que este cargo supone para él “una gran responsabilidad” y una gran “satisfacción personal”. Aunque Sánchez-Calero no tendrá la condición de ejecutivo, como tenía Borja Prado, Bogas aclaró que el rol del nuevo presidente de Endesa, contralada por la italiana Enel, será “exactamente” el mismo que el del anterior, ya que Prado era ejecutivo, “pero sin poderes”.
Catedrático de Derecho Mercantil por la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, Sánchez-Calero es un experto reconocido dentro y fuera de España, especialmente, en derecho mercantil societario, mercados financieros y buen gobierno corporativo. Además, forma parte, entre otros, de los consejos de dirección, redacción o científicos de Thomson Reuters Aranzadi, Revista del Derecho de Sociedades, Revista de Derecho Bancario y Bursátil, Revista de Derecho Mercantil o Revista General de Jurisprudencia.
La elección de un presidente ajeno al sector energético y a cualquier lobby sectorial deja claro que el grupo italiano ha optado por un presidente no ejecutivo, que recibirá una retribución anual de 600.000 euros frente a los 3,6 millones de Prado. Este ha recibido una indemnización tras su salida de unos 12 millones de euros.
En su última intervención ante la junta, y siempre que la trifulca se lo permitió, Borja Prado agradeció a los accionistas, especialmente a Enel, y a los miembros del consejo de administración “su apoyo en estos 10 años”. También saludó a su sustituto, a quien -dijo- tuvo “la suerte de conocer hace ya varios años y estoy convencido que sus habilidades profesionales, su experiencia y su valía personal aportarán un valor importante a Endesa".
Asimismo, pidió una rápida formación de gobierno, un análisis acertado “de la gravedad de la coyuntura” y que España disponga “cuanto antes, de un gobierno estable”. Como balance de su etapa de una década, Prado destacó que Endesa ha reforzado su liderazgo en el mercado, gracias a los 12.000 millones de inversiones realizadas y en renovables, tras la compra de la filial verde de Enel en España y las adjudicaciones en las subastas, que le permitirán desarrollar 2.000 MW. Según Prado, Endesa ha sido, de las eléctricas, el interlocutor mejor valorado por los distintos Gobiernos y la más rentable para sus accionistas, que han multiplicado su inversión 4,7 veces en 10 años.
En una posterior intervención, el consejero delegado, también en medio del griterío de los empleados asistentes, consideró ineludible afrontar algunas medidas regulatorias para cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). La primera, eliminar progresivamente o reducir sustancialmente los costes ajenos al suministro eléctrico que pesan sobre las tarifas.
Por otra parte, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, vio “muy difícil” que si hay un cambio de Gobierno tras las elecciones del 28 de abril pueda aprobar un nuevo plan, tal y como se recoge en el programa electoral del PP. En todo caso, recordó que está previsto que en 2023 se pueda plantear una revisión teniendo en cuenta la evolución tecnológica.
En su opinión, habría que repartir entre todos los consumos energéticos los costes de las primas a las renovables y a la cogeneración que actualmente solo soportan los consumidores eléctricos, ya que la promoción de esas tecnologías supone un esfuerzo de política nacional. Asimismo, consideró la necesidad de diseñar tarifas eléctricas inteligentes que transmitan las señales económicas adecuadas para fomentar la electrificación de la demanda. El actual diseño, a su entender, no favorece el consumo en las horas del día en las que la energía es mucho más barata y las redes eléctricas se encuentran ociosas.
Tras una veintena de intervenciones, la mayoría de empleados, representantes sindicales y jubilados, Prado consideró un “fracaso de todas las partes” que la dirección y los sindicatos no hayan alcanzado un acuerdo sobre el convenio colectivo y añadió que la compañía espera cuanto antes retomar la negociación.
La junta ratificó las cuentas de la compañía correspondientes a 2018, así como la propuesta de aplicación del resultado correspondiente al ejercicio. En concreto, aprobó el pago de un dividendo bruto con cargo al resultado ordinario neto de ese ejercicio: 1,427 euros por acción, o un payout del 100%, lo que supone incrementar un 3% el dividendo del año anterior. Esta retribución para el accionista será un 7% superior al dividendo mínimo de 1,33 euros por título que se anunció al mercado para 2018.
Asimismo, la junta respaldó el nombramiento de KPMG como nuevo auditor legal de las cuentas de Endesa para los tres próximos ejercicios.
La eléctrica retomará las ngeociaciones con los sindicatos
La dirección de Endesa y los sindicatos volverán a reunirse el próximo 24 de abril para intentar llegar a un acuerdo en la negociación del nuevo convenio colectivo, que en estos momentos está bloqueada y que ha llevado a los sindicatos a una huelga general, la primera en solitario, y a una protesta coincidiendo con la junta de accionistas del viernes.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, declaró a los medios de comunicación tras la junta que la reunión previa a la huelga “se suspendió porque se consideró que era poco productivo tenerla antes de esa jornada de paro que se ha hecho coincidir con la junta general de accionistas”.
El ejecutivoi explicó que “Endesa, una empresa que venia del carbón y que no era digital, tiene que cambiar a un entorno distinto y, para ello, se requiere un convenio flexible, que se adapte, para que en el futuro siga siendo una empresa líder en el sector, lo que asegura el futuro de todos los que trabajan en ella”.
En cuanto al colectivo de los pasivos de Endesa (jubilados, prejubilados, huérfanos y viudas) que disfrutaban de descuentos en la factura eléctrica y que los han perdido al perder vigencia el convenio colectivo el pasado 31 de diciembre, indicó que, pese a que la Audiencia Nacional ha dado la razón a la empresa, por lo que el personal sin relación contractual con la empresa ya no tiene derecho a disfrutar dichos descuentos, “la voluntad es tender la mano”.