La dificil tarea de revertir el declive de la industria frente a los servicios
La industria apenas pesa un 16,1% del PIB, cuatro décimas menos que en el inicio de la crisis, y ha perdido 370.000 empleos desde 2008
El proceso de desindustrialización de España es imparable. Las estadísticas oficiales reflejan como esa actividad económica ha ido perdiendo peso en el PIB y en el empleo generado en España frente al imparable crecimiento de los servicios, encabezados por el comercio y la hostelería. En 2008, la industria representaba el 16,5% del PIB en España y diez años después, ese porcentaje ha bajado cuatro décimas hasta el 16,1% de la riqueza nacional. En ese mismo período, los servicios han ganado casi tres puntos porcentuales, al pasar del 63% al 65,9% del PIB. La brecha es aún mayor si se analiza en términos de empleo. La industria empleaba a más de tres millones de trabajadores antes de la crisis de 2008 y ahora apenas supera los 2,7 millones, con un saldo negativo de 370.200 trabajadores. En el otro lado, los servicios empleaban a 13,9 millones de ocupados y a finales de 2018 la cifra creció hasta los 14,7 millones de euros, con un saldo positivo de casi 770.000 empleados.
Deslocalizaciones
Ninguno de los Ejecutivos de España que han gobernado durante los últimos diez años (una legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, dos de Mariano Rajoy y una de Pedro Sánchez) han sido capaces de articular medidas que impidan el declive de la industria. Un deterioro que se ha mostrado en toda su integridad entre finales de 2018 y 2019 con el anuncio de salidas masivas de compañías industriales extranjeras, como Cemex, Alcoa, Vestas, con distintos finales en función de las negociaciones lideradas desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo para tratar de minimizar el impacto de la deslocalización. Mientras que Cemex cerró dos de sus siete fábricas, en las que trabajaban 200 empleados, la salida de Vestas de León, con el despido de 362 empleados, se pudo mitigar con la búsqueda de un inversor español (Network Steel) que asumirá la totalidad de los activos y de los empleados. El caso que aún está pendiente de resolución es el de la estadounidense Alcoa, que puso el cartel de cierre sobre sus fábricas en Áviles y A Coruña. El Ejecutivo trabaja contrarreloj para lograr un final parecido al de Vestas.
Vox propugna que se priorice en los concursos públicos a la industria extranjera “que tribute en España”
Apoyo a la automoción
Y el mayor miedo que transmiten los programas electorales de los partidos políticos es que esa deslocalización se transmita al sector del automóvil, el principal eje industrial en España, ya que tiene 17 fábricas, que producen 2,8 millones de vehículos y ocupan al 9% de la población activa en España, rozando los dos millones de trabajadores. En ese sector han aparecido las primeras señales de alarma, como el traslado de una parte de la producción de Ford desde la factoría española de Almussafes (Valencia) a Hermosillo (México) en 2021. El programa con el que concurre el PP hace una referencia expresa al sector de la automoción en su apartado 225. “Garantizaremos un marco jurídico estable al conjunto de la cadena de valor del sector de la automoción”, remarca. El programa del PSOE es el único que hace referencia a la necesidad de seguir en el empeño por lograr los objetivos fijados por la Comisión Europea respecto a la industria. “Impulsaremos un Pacto de Estado por la Industria con participación de los agentes sociales, que buscará dar cumplimiento al objetivo de la UE de incrementar al menos hasta el 20% el peso de la industria en el conjunto del PIB español. Aprobaremos una nueva Ley de Industria, que adapte el marco regulatorio a los nuevos retos de digitalización y descarbonización, que actualice la regulación sobre calidad y seguridad industrial, y reduzca las cargas administrativas favoreciendo una mayor coordinación con las Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales”, remarca el programa.
Movilidad sostenible
Al igual que el PP, el PSOE también aboga por impulsar un Plan Estratégico de Apoyo Integral al Sector de la Automoción durante un período de seis años (2019-2025) “para garantizar el futuro de un sector clave en nuestro país y anticipar las medidas para apoyarlo en su proceso de transición hacia un nuevo modelo de movilidad sostenible, conectada e inteligente”.
En el programa de Ciudadanos también hay una referencia expresa al sector de la automoción. “Impulsaremos medidas para favorecer la industria automovilística de bajas o nulas emisiones. Vamos a promover soluciones para el transporte de personas y mercancías de baja emisión, e impulsar los conceptos de smart city para la movilidad urbana”. El programa de la formación liderada por Albert Rivera va a más allá al propugnar medidas para ligar la supervivencia de la industria y del mundo rural.
La visión industrial desde Podemos está íntimamente ligada a la ecología con la implementación de una estrategia de reindustrialización verde y que tenga en cuenta la economía circular. “El objetivo es crear empleo en industrias con un impacto positivo sobre el entorno y actividades de gestión de la contaminación, los recursos y la biodiversidad”.
Por último, la formación liderada por Santiago Abascal apuesta por fomentar la reindustrialización de España “en el contexto de la cooperación entre las empresas y las administraciones públilcas”. La principal novedad que aporta es la priorización de las empresas extranjeras que tengan filial y que tributen en España a la hora de participar en los concursos públicos.