Santander apuesta por la digitalización para elevar la rentabilidad
El banco se ha puesto una agresiva meta de reducción de 1.200 millones anuales de forma progresiva
Digitalización, eficiencia, rentabilidad y crecimiento en Latinoamérica. Esos son los ejes del nuevo plan estratégico que presentó ayer Banco Santander en Londres. El banco ha mantenido sus ya conocidos objetivos de capital, rentabilidad y pay out, a los que ha añadido la meta de mejorar su eficiencia hasta que los costes supongan menos del 45% de los ingresos. Ana Botín y su equipo han preferido hacer un ejercicio de realismo y no fijarse plazos concretos (el plan es "a medio plazo") ante el incierto escenario de tipos de interés en Europa, que condiciona la evolución de los ingresos y no depende de su gestión. Por eso, Santander ha preferido centrar su mensaje en las variables que están bajo su control y entre ellas especialmente en los costes y la digitalización.
En reducción de costes, el banco se ha puesto una agresiva meta de reducción de 1.200 millones anuales de forma progresiva. De ellos, 1.000 millones corresponden a Europa y representan cerca del 10% de la base de costes de sus principales mercados. Entre ellas, el grupo ha elevado en 250 millones su objetivo de sinergias por la integración de Popular en España.
Pero el plato fuerte del mensaje de Santander ha sido su apuesta digital. El programa del Investor Day ya anticipaba que ese iba a ser el foco de la jornada. La digitalización es, por una parte, un camino hacia la rentabilidad pasando por la eficiencia, pero por otra se puede convertir en una vía de ingresos adicionales. El banco ha presentado iniciativas concretas, como su herramienta de transferencias internacionales, la expansión del servicio de medios de pago y el lanzamiento de una plataforma de comercio global para pymes que hacen negocio internacional, además de la expansión internacional de Openbank.
En un momento en que nuevas fintech y firmas de pagos digitales alcanzan altas valoraciones, Santander ha querido sacar músculo y mostrar sus fortalezas y su potencial de crecimiento en estos negocios que se pueden gestionar de forma global y en los que la tecnología y la escala son decisivos. El banco puso como ejemplo que trabaja en medios de pago con 1,2 millones de comercios en el mundo con una facturación de 150.000 millones de euros.
Junto a ello, el grupo fía en buena medida su crecimiento a países como México y Brasil. Es una apuesta con cierto riesgo, pero que el banco se puede permitir al estar en otros mercados (más maduros y a la vez más estables) que lo contrapesan.