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Mercado bursátil

Un Brexit duro dañará la negociación en Londres de Santander, IAG y BBVA

El supervisor de los mercados europeos, ESMA, avisa de efectos adversos y los intermediarios de Bolsa alertan de las posibles restricciones

Paneles informativos en la sede de la Bolsa de Londres.
Paneles informativos en la sede de la Bolsa de Londres.Getty Images

El Brexit, casi tres años después de la votación en referéndum, sigue enconado. La nueva fecha para que Reino Unido caiga por el precipicio, salvo pacto en contrario, es el próximo 12 de abril. Y a los innumerables efectos de una salida sin acuerdo se suma el impacto en los mercados financieros. Los valores que coticen en un país de la UE y lo hagan también en Londres (con la fórmula de dual listing, en la jerga) no podrán comprarse en la capital británica por intermediarios europeos.

Las compañías españolas potencialmente afectadas son IAG, Santander, Iberdrola, BBVA, Metrovacesa, Coemac, Codere, Telefónica y Berkeley, según ESMA, el coordinador de los supervisores europeos de valores.

Las alarmas han saltado entre las autoridades comunitarias y los intermediarios bursátiles ante el cada vez más cercano barranco al que se enfrentan Reino Unido y la UE. La segunda edición de la directiva para que los mercados europeos funcionen mejor, Mifid 2, amenaza la negociación en Londres de más de 120 compañías.

Los brókeres bajo la legislación de los 27 países que quedarán en la UE solo podrán comprar acciones en un mercado que cumpla con las normas comunitarias de transparencia derivadas de esa directiva. Con una excepción. Si esas acciones solo se negocian en mercados de países que incumplen esas obligaciones, se puede operar en esas plataformas sin cortapisas. Por lo tanto, si Reino Unido rompe por las bravas, los valores que coticen exclusivamente allí podrán seguir negociándose sin problemas por particulares y fondos de inversión europeos. Pero, en caso de que exista la posibilidad de comprar ese mismo valor en Londres y en España, por ejemplo, la legislación obliga a que los europeos compren en el país de la UE: España.

Un escenario de acciones bloqueadas

Casos flagrantes. Hay más de 120 compañías potencialmente afectadas, pero los casos más importantes son los de Ryanair, que también se negocia en Dublín, de Royal Dutch Shell y de Unilever, ambas en Ámsterdam, e IAG, que está en la Bolsa española además de en la británica. En estos casos, la liquidez es superior en Londres que en los mercados que quedarán bajo el paraguas de la UE.

Degiro. La norma permite que los intermediarios mantengan las acciones afectadas, pero no se podrá operar con ellas. Así lo advierte Degiro en un comunicado a sus clientes: “Nos gustaría remarcar que es posible que haya dificultades a la hora de cerrar ciertos productos duplicados en LSE después de la fecha indicada en caso de un Brexit duro. Degiro tiene como objetivo informarle lo antes posible; sin embargo, usted debe estar al tanto por sí mismo de las consecuencias del Brexit sobre los inversores y revisar la página web de ESMA regularmente para ver los nuevos anuncios”.

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ESMA, el coordinador de las comisiones de valores europeas, entre ellas la CNMV, ha lanzado un comunicado para aclarar la situación y mitigar los “potenciales efectos adversos” de un Brexit sin acuerdo. El organismo ha publicado una lista de instrumentos financieros potencialmente afectados. Aunque los que se verán realmente perjudicados serán los que coticen de manera habitual en Reino Unido a través del dual listing. De los españoles, IAG, que se negocia más en Reino Unido que en España (5,4 millones de títulos diarios frente a 3,2 en los últimos 12 meses) es el más amenazado.

También cotizan en Londres en forma de certificados de depósito, denominados Crest Depository Interest (CDI), Iberdrola, BBVA, Metrovacesa, Coemac y Codere. Aunque lo hacen mayoritariamente para acercar la cotización a los inversores británicos.

Santander, con 4,13 millones de accionistas, cuenta con un buen número de inversores británicos que tienen allí los títulos, debido a la adquisición en 2004 de Abbey mediante un canje de títulos. La buena noticia –para ellos– es que, si tienen los valores en un intermediario británico, podrán seguir comprando y vendiendo las acciones en Londres sin ninguna restricción. Berkeley, que cotiza en Londres, Sídney y Madrid desde el pasado verano, se podría comprar solo en España o Australia.

Para cotizar en Londres solo es necesario que un banco compre las acciones en España; quedarán bajo su custodia y creará el certificado (CDI, en el caso británico, quivalente al ADR en EE UU), que se negociará allí.

Lo cierto es que todos lo potenciales problemas con los valores que cotizan en un mercado británico (la Bolsa de Londres es el más destacado, pero también estarían afectadas las plataformas alternativas) se solucionarían si Reino Unido fuera declarado por la UE como un tercer país con una normativa equivalente a efectos de Mifid 2. Así ocurre con la Bolsa australiana, con la de Nueva York, con el Nasdaq y con el mercado hongkonés.

La Bolsa de Londres (LSE) asegura que Reino Unido ya ha adoptado Mifid 2 y que seguirá estando en vigor tras el brexit, por muy duro que sea. Pero ESMA y la propia LSE avisan de que esa equivalencia, cuya concesión es potestad exclusiva de la Comision Europea, no ha sido promulgada. Desde el bróker holandés Degiro ya han empezado a informar a los usuarios: “Estamos trabajando para proteger a nuestros clientes en caso de un escenario con un brexit duro”, explica Armando Platero, de Degiro España.

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