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El Parlamento británico evita una salida sin acuerdo de la UE

Los Comunes votarán este jueves aplazar el Brexit

Una manifestante contrario al Brexit se manifiesta delante del Parlamento de Westminster, este miércoles en Londres.
Una manifestante contrario al Brexit se manifiesta delante del Parlamento de Westminster, este miércoles en Londres.Getty Images

Tras el segundo y sonado rechazo del Parlamento británico al acuerdo del Brexit este martes, y a tan solo dos semanas de que se materialice el divorcio con la UE, la Cámara de los Comunes respaldó este miércoles, por una mayoría de 43 votos (321 a favor y 278 en contra) evitar una salida sin acuerdo.

La ajustada diferencia muestra la enorme división que reina entre los diputados británicos, que ni siquiera fueron capaces de cerrar filas para evitar una salida abrupta y desordenada. Antes de la votación de esta enmienda presentada por el Gobierno, la Cámara también aprobó, aunque por un margen de apenas cuatro votos, otra enmienda similar que instaba a rechazar un Brexit duro en cualquiera de las circunstancias.

El Parlamento tumbó en cambio por una amplia mayoría de 210 votos de diferencia otra enmienda presentada por la bancada euroescéptica conocida como el compromiso Malthouse que pedía extender el plazo de salida hasta el 22 de mayo, buscar acuerdos bilaterales sectoriales con la UE y establecer una transición hasta finales de 2021. El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, ya había avisado de que no podría aplicarse ningún periodo transitorio sin antes aprobar el acuerdo de salida.

“Hay una clara mayoría en esta Cámara en contra de irse sin un acuerdo”, valoró la primera ministra, Theresa May, tras los resultados. La premier anunció que este jueves se votará en la Cámara la extensión del plazo de salida, cuya aprobación por parte de los Veintisiete podría darse en el próximo Consejo Europeo del 21 y 22 de marzo.

La gran incógnita ahora es saber por cuánto tiempo se pospondrá el Brexit, si hasta la celebración de las elecciones europeas a finales de mayo – tal y como defiende May–, o por más tiempo, lo que permitiría convocar elecciones anticipadas o incluso un segundo referéndum, pero obligaría a participar en las elecciones europeas, lo que sería un verdadera quebradero de cabeza para la UE.

Extensión corta: ¿será suficiente?

En todo caso, Bruselas condiciona la aprobación de una posible prórroga solicitada por Londres a la presentación de una hoja de ruta clara y una “justificación creíble” del Ejecutivo británico. El presidente del Parlamento Europeo, Jean-Claude Juncker, es favorable de una “extensión técnica” de no más de ocho semanas, es decir, hasta las elecciones europeas que se celebrarán entre el 23 y 26 de mayo. Otras fuentes creen se podría alargar hasta la primera sesión plenaria del Parlamento Europeo tras la cita electoral, prevista para el 2 de julio.

Fuentes diplomáticas de la UE dudan, sin embargo, que una extensión tan corta pueda desbloquear la parálisis. El acuerdo de May ya ha sido ampliamente rechazado dos veces por el Parlamento británico y la UE ha reiterado una y otra vez que el texto no es renegociable y que no hará más concesiones, por lo que es difícil imaginar cómo unas semanas de más pueden lograr hacer cambiar de opinión a los 391 diputados que votaron en contra este martes. 

Por esa razón, muchos analistas como Citi, UBS, ING o Amundi, ven prácticamente inevitable la celebración de unas elecciones anticipadas como una vía "necesaria pero no suficiente" para romper el impasse del momento. Según Citi, May podría llegar a plantear la opción este mismo jueves antes de que se vote la extensión del artículo 50. A pesar de que es poco probable que diera tiempo, la entidad plantea la posibilidad de que pudieran celebrarse este próximo 2 de mayo, coincidiendo con las elecciones locales en el país. 

Extensión larga: facilitaría un giro estratégico pero supone un dolor de cabeza para la UE

Según muchos analistas, solo una extensión larga -hasta finales de año o incluso hasta diciembre de 2020- podría permitir llevar a cabo cambios sustanciales que desencallen la situación, tales como la celebración de elecciones anticipadas o incluso de un segundo referéndum, tal y como se ha comprometido a impulsar el Partido Laborista (aunque a regañadientes, ya que algunos de sus votantes son partidarios del Brexit). 

El Partido Conservador que lidera May podría verse tentado a celebrar elecciones anticipadas para salir reforzado en el Parlamento y obtener los diputados necesarios para aprobar el acuerdo. A pesar de que una inmensa mayoría de ciudadanos considera que la premier ha gestionado mal el Brexit, su formación sigue liderando las encuestas con el 40% de los votos, frente al 31% de los Laboristas, según YouGov. La primera ministra ya recurrió a esta estrategia en junio de 2017 -convocando las elecciones con apenas dos meses de antelación- aunque entonces no le salió bien: acabó perdiendo 13 diputados. 

Otra salida podría ser convocar una segunda consulta, una opción a la que se niega May y que respaldan quienes se oponen al Brexit, ya que según las encuestas, el plebiscito podría dar como resultado la permanencia en la UE. En concreto, según YouGov, el 48% de los británicos cree que votar a favor del Brexit fue una mala idea, frente a un 40% que opina que fue bueno para el país, la mayor diferencia desde que se celebró el referéndum de junio de 2016. Por otro lado, un 39% de los ciudadanos del país considera que la mejor solución para salir de este embrollo es que se celebre un segundo referéndum a favor de quedarse en la UE, frente a un 26% que piensa que la mejor opción sería que Reino Unido salga de forma ordenada pero manteniéndose dentro de la unión aduanera y del mercado único, otra de las reivindicaciones del Partido Laborista.  

Con todo, fuentes diplomáticas de la UE creen que aplazar la salida más allá de las elecciones europeas sería "muy arriesgado y plantearía serios problemas" y desafíos en cuanto a la legitimidad del Parlamento Europeo, y de la posterior elección de la Comisión, a cargo de la Cámara de la UE. Contando además con que la paciencia de la UE ya está prácticamente agotada y que los socios comunitarios quieren pasar página y gastar sus energías y recursos en otros temas urgentes para la unión a Veintisiete.  

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