BBVA celebra la que puede ser su junta más conflictiva desde su creación
Sindicatos y exempleados pedirán medidas para recuperar la reputación del banco, mientras que algunos consejeros y expertos recomiendan a González abandonar provisionalmente la presidencia de honor
Los máximos responsables de BBVA no pueden dejar nada al azar en la junta ordinaria de accionistas que celebrará el banco mañana viernes en Bilbao. Varios expertos y accionistas de la entidad así como representantes de algunos fondos de inversión mantienen que esta puede ser la junta más tensa del banco desde que se creo en el año 2000. De hecho, esperan que sea más conflictiva que la que tuvo lugar en 2002, cuando el entonces presidente ejecutivo, Francisco González, pasó a ocupar la presidencia única tras la salida de Emilio Ybarra al cierre de 2001 y poco después, en marzo, de 11 consejeros del banco, correspondientes casi todos a los tradicionales accionistas de Banco Bilbao y Banco Vizcaya, lo que redujo a la mínima expresión el poder de las familias de Neguri.
Esta presión, que sube día a día, ha provocado que recomienden a González que abandone la presidencia de honor, por lo menos hasta que se aclare el caso Villarejo y las escuchas ilegales encargadas por BBVA en 2004.
La junta de mañana viernes será la primera de Carlos Torres como presidente del banco, una vez que González dejó la entidad el pasado 21 de diciembre. Este hecho evita que el que fue el primer ejecutivo del banco casi durante dos décadas tenga que estar presente en la próxima reunión anual con los accionistas, pese a que ahora sea presidente de honor.
Fuentes financieras mantienen que serán decenas las intervenciones de los accionistas que, además de pedir iniciativas para mejorar el valor de la acción o la remuneración total al accionista, o incluso explicaciones por lo que consideran unos elevados sueldos para la cúpula de la entidad, ahora se le sumará las críticas sobre el caso de las escuchas telefónicas ilegales del excomisario José Manuel Villarejo por encargo de BBVA en 2004 a altos cargos, banqueros, periodistas y un sinfín de profesionales y personalidades.
De momento, varias fuentes insisten en que Torres, cuyo cargo como presidente se somete también a la aprobación de los accionistas en la junta, cuidará al milímetro su intervención. Todos los fondos estarán pendientes de su discurso, aunque lo lógico es que no intervengan. En general, todos los accionistas estarán muy pendientes de la intervención de su presidente, e incluso la CNMV, el BCE, el Gobierno o la justicia, ya que todos los organismos supervisores han reclamado al banco celeridad en la investigación interna que tiene abierta sobre el caso González-Villarejo.
El magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ya reclamó al banco hace unas semanas toda la documentación relativa a los contratos e informes vinculados a BBVA y al comisario José Manuel Villarejo.
No se descarta, por ello, que Carlos Torres pueda facilitar en esta reunión alguna pista sobre la auditoría forensic que está realizando PwC, pero es imposible que presente las conclusiones, ya que aún están pasando por la consultora y abogados todos los directivos que trabajaron con González desde el año 2000. Algunas fuentes, no obstante, no descartan que Torres pueda mostrar algún gesto que tranquilice al accionariado, que, en gran parte, pedirá la renuncia de González a la presidencia de honor. BBVA inició en junio, cuando González era aún presidente ejecutivo, una investigación interna sobre el caso de las escuchas ilegales de la mano del despacho de abogados Garrigues.
CC OO, ACB y UGT realizarán en la junta una intervención conjunta, en la que harán referencia al caso Villarejo, a los sueldos de la cúpula y a las inquietudes de la plantilla, entre otros temas. Estos sindicatos suman unos 2 millones de acciones de BBVA. Uniter, la asociación de exempleados de BBVA y que ahora suma 1,8 millones de acciones, también intervendrá. Aseguran que ante los hechos que están afectando a BBVA, “no podemos permanecer indiferentes” y reclamarán medidas para “defender” la reputación del banco.