Los gestores tienen el peor pronóstico sobre los resultados empresariales desde 2008
Muestran la mayor inquietud desde 2009 sobre el nivel de apalancamiento y prefieren las compañías que refuerzan balance
Los gestores han comenzado a vigilar con inquietud el nivel de endeudamiento de las empresas y se han vuelto pesimistas sobre las expectativas de beneficios corporativos en este inicio de año, según revela la encuesta mensual que realiza Bank of America Merrill Lynch.
El escenario económico que contemplan es de entrada negativo aunque no trágico. Solo el 14% de los gestores espera una recesión económica global para este año y la apuesta mayoritaria es por una desaceleración en los próximos dos o tres trimestres. Así, el 60% espera que el crecimiento global se deteriore en los próximos doce meses, en la tasa más elevada desde julio de 2008 e incluso por debajo del mínimo alcanzado en junio de 2001.
La atención está ahora puesta en la campaña de resultados que acaba de comenzar y en la que empezar a vislumbrar los posibles efectos de la desaceleración económica y la guerra comercial. Y el pronóstico no es optimista: la encuesta de enero entre los gestores muestra que sus perspectivas para los beneficios es la peor desde 2008, con el 52% de ellos esperando un deterioro durante el año. La previsión contrasta con lo que sucedía hace 12 meses, cuando el 39% de los gestores encuestados auguraba una mejoría en las cuentas empresariales.
En un contexto de clara desaceleración, el grado de apalancamiento de las empresas también crece como factor de preocupación. El 48% considera que los balance están sobreapalancados y, por primera vez desde 2009, el nivel de endeudamiento se ha convertido en la primera preocupación entre los inversores, que prefieren compañías que emplean la liquidez para mejorar sus balances, antes que para realizar inversiones o incluso para retribuir a los accionistas.
Entre los riesgos que aprecian los gestores de fondos, el de guerra comercial se mantiene a la cabeza con el 27%, aunque ha retrocedido desde los máximos alcanzados en verano. La suceden el endurecimiento de las condiciones financieras y la ralentización de China.
La principal posición inversora de los gestores, por segunda vez en un año, es el alza del dólar (con un 21% de encuestados), seguida por los grandes valores tecnológicos estadounidenses.