Sergio Navarro: “Nuestro objetivo es hacer accesibles las gafas de calidad”
La marca de lentes online ya cuenta con tiendas en Madrid y Barcelona Apuesta por la eliminación de intermediarios para reducir costes sin perder la artesanía
La trastienda de la óptica de Miller & Marc situada en Corredera Alta de San Pablo (Madrid), en pleno corazón del barrio de Malasaña, funciona también como su oficina, aunque debido a su tamaño, la mayoría de las reuniones se celebran en el restaurante griego de enfrente. Su fundador y director ejecutivo, Sergio Navarro (Jerez, 1983) asegura que se trata de un decisión muy meditada. “Aunque podíamos haber elegido estar en un despacho más tradicional, hemos elegido la trastienda para estar más cerca del cliente. Desde aquí escuchamos sus conversaciones y cómo reaccionan”, explica.
Lo que nació en 2016 como una tienda de gafas online se ha convertido en una marca que espera facturar 600.000 euros este año y que cuenta con establecimientos propios en Madrid y Barcelona, locales a los que planean sumar otras ciudades españolas en los próximos años. Ahora, la omnicanalidad es su gran apuesta. “Decidimos abrir la tienda física porque desde el principio veíamos que faltaba algo, los clientes nos aportaban su graduación, pero cada vez demandaban más no tener que irse a un tercero para tener que hacerlo”, desarrolla el emprendedor.
Fue durante una baja tras una fractura cervical cuando Navarro, que ya había emprendido previamente con un restaurante familiar, vio el nicho de negocio claro y se animó a crear la compañía. “En las ópticas sueles encontrar muchas marcas diferentes, pero ninguna identidad propia. Tenemos la ventaja de ser una marca, así que nos comunicamos directamente con los clientes e intentamos que nuestras tiendas tengan un estilo visual similar al que ven en la web”, apoya. La madera, el color gris y las fotografías son sus elementos más destacados. Entre estas instantáneas destaca una: la de los dos perros del empresario, Milly y Marc, que a su vez le dan nombre a la marca.
Las gafas tienen un precio muy asequible (rondan los 90 euros), sobre todo si se tiene en cuenta que se realizan de manera artesanal en Cadore (Italia), “donde hacen las mejores gafas del mundo”, asegura Navarro, que revela que la supresión de intermediarios es el truco para poder ofrecer precios tan ajustados. “El objetivo es que todo el mundo pueda acceder a unas gafas de calidad y no conformarse con unas de gama media que se acaban rompiendo”, alega.
Sus políticas de responsabilidad social son otro de sus puntos fuertes. “Desde que nacimos, hicimos un acuerdo con Tuuulibrería, una cadena de librerías que busca reciclar los libros para que no acaben en la basura, por el cual cuando un cliente compra una gafa también está donando un libro a niños sin acceso a la educación”, comenta el empresario.