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El mayor poder de negociación de la gran empresa le permite pagar más tarde

Los datos del último Boletín de Morosidad certifican que cuanto más grande es la empresa peores plazos de pago a proveedores registra.

Cuanto más grande es la empresa, peor paga. Una tendencia que se confirma en el último Boletín de Morosidad, que elabora CEPYME. Las empresas de menos de 10 empleados han conseguido reducir en tres días el plazo medio de pago durante el segundo trimestre de 2019, fijándolo ahora mismo en los 78,6 días, por debajo de la media.

Las medianas, sin embargo, pagan siete días más tarde de media, superando en más de 25 días el plazo establecido por ley (60 días).

“Estos datos confirman que, a medida que aumenta el tamaño empresarial del deudor, los retrasos en los pagos de las facturas se incrementan, entre otras razones, por el mayor poder de negociación del que suelen disfrutar estas empresas en sus relaciones comerciales, lo que supone un desagravio para la financiación del circulante de las empresas de menor tamaño que, por lo general, suelen soportar períodos de cobro más dilatados y de pago más reducidos”, comentan en el comunicado desde CEPYME.

En cuanto a los sectores, son la industria agroalimentaria y la distribución alimenticia las que tienen un periodo medio de pago más ajustado a lo que indica la ley (entre 74 y 75 días), mientras que la construcción y el sector textil son los que peor comportamiento tienen en este ámbito.

Ligera mejora en el segundo trimestre

Los niveles de impagos entre organizaciones han experimentado una contención durante los últimos meses. Especialmente en el segundo trimestre de 2018, periodo en el que se ha registrado una ligera desaceleración en la morosidad con respecto al trimestre anterior, según apuntan los datos del Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial que elabora CEPYME.

No obstante, las cifras apuntan en términos globales a un repunte de la morosidad empresarial si lo comparamos con años anteriores. Para CEPYME, el Indicador Sintético de Morosidad Empresarial (ISME), que mide la evolución de la morosidad empresarial, revela un repunte de esta negativa práctica comercial aproximadamente de 3 puntos desde finales de 2017.

Con todo ello, el periodo medio de pago se sitúa en 82 días, por debajo de los 84,8 registrados durante el primer trimestre del año y por encima de los 89,9 días de finales del pasado año.

“Por su parte, la deuda comercial en retraso se incrementó hasta el 74,9% del total de crédito comercial, confirmando la tendencia de crecimiento de la morosidad empresarial en ciclos alcistas como el que atraviesa la economía española”; señala la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa en un comunicado.

Esta tendencia, afirman, permite prever que de mantenerse las previsiones de crecimiento, el ritmo de incremento del crédito comercial en mora siga siendo importante durante los próximos meses. “Pese a este incremento del crédito comercial en mora, el coste de la morosidad se ha mantenido en el entorno del 0’1% del PIB”, explican.

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