El Corte Inglés pone el cierre a su década más difícil
El beneficio de 2017 está un 70% por debajo del que tuvo en 2007 La compañía espera volver a sus mejores años con Nuño de la Rosa
La junta de accionistas de El Corte Inglés aprobó ayer, como estaba previsto, las cuentas del ejercicio que finalizó el 28 de febrero de este año. Con un beneficio de 202 millones de euros, y unos ingresos de 15.935 millones, los últimos números del grupo de grandes almacenes confirman la tendencia de recuperación experimentada en los últimos tres años. La ambición del presidente de la compañía, Jesús Nuño de la Rosa,es la de volver a recuperar los niveles de los mejores años experimentados por El Corte Inglés. Y aunque la tendencia es positiva, en algunos parámetros aún queda camino por recorrer. La compañía cierra su década más difícil y abre una época en la que aspira a seguir recuperando terreno.
Porque el negocio del principal grupo de distribución del país no fue ajeno a la crisis económica que ha atravesado España durante esos años. En el ejercicio 2007, el último antes de la recesión, El Corte Inglés alcanzó sus cotas de negocio más elevadas, pese de que la economía se encontraba en “proceso de desaceleración”, como explicaba el entonces presidente, Isidoro Álvarez, a sus accionistas. La facturación rozaba los 18.000 millones de euros, el beneficio neto que superaba los 700 millones, y el ebitda llegaba a los 1.327 millones. Por aquel entonces, el grupo dedicaba a inversiones casi 1.700 millones de euros. Abrió cinco nuevos centros comerciales, 33 delegaciones de Viajes El Corte Inglés, 18 Opencor, 15 tiendas Sfera, 12 de Telecor, y ocho de Supercor, entre otras novedades.
Pese a ello, Isidoro Álvarez avisaba: “Ahora se abre ante nosotros y ante todo el sector de la distribución un horizonte complejo, cuyas principales características previsibles serán una menor aportación de la demanda interna a la economía y la continuidad de la desaceleración del consumo”.
Y no se equivocaba. Solo en un año, El Corte Inglés se dejó el 50% de su beneficio: de 714 a 375 millones. Un ejercicio “difícil,”, reconoció Isidoro Álvarez, “de grandes dificultades del mercado, y decisivo para el comercio, dado el fuerte deterioro del consumo, uno de los componentes del PIB que más contribuyó a la desaceleración general”.
La constante bajada del consumo en España durante los años siguientes siguieron impactando en la cuenta de resultados de la compañía, que pese a las turbulencias, sí ha continuado dando beneficios, aunque estos fueron menguando hasta tocar fondo en 2014, cuando llegaron a 118 millones de euros, un 83% menos que en 2007. El grupo sufrió en primera persona los cambios en los hábitos de consumo de los ciudadanos, cada vez más proclives a hacer sus compras en su entorno más próximo, en lugar de acudir a los hipermercados de las afueras de las ciudades. Esto tuvo consecuencias en una de las principales líneas de negocio de la empresa, Hipercor, que ha acabado siendo absorbida a efectos contables por la actividad de los grandes almacenes.
Estos han seguido siendo, con diferencia, la vía principal de ingresos y beneficios de la empresa. El ejercicio 2013 fue el de menor facturación de este negocio, con 8,441 millones de euros. El ebitda, que marca la rentabilidad de las operaciones de la empresa, tocó suelo ese mismo año, llegando a 728 millones, un 55% menos que en 2007.
Recuperación
Aquel año 2013 marcó un punto de inflexión. Pese a que el beneficio volvió a caer en 2014, a 118 millones, el resto de variables financieras comenzaron a mejorar, y lo han hecho de forma permanente hasta el último ejercicio, especialmente el ebitda, que en 2017 superó los 1.000 millones por primera vez desde 2010.
Otro punto crucial fue el fallecimiento, en septiembre de 2014, de Isidoro Álvarez, en el cargo desde 1989. Este designó como sucesor a Dimas Gimeno, que fue sustituido el pasado junio por Jesús uño de la Rosa. Tres presidentes en cuatro años, los mismos que en toda la historia anterior del grupo.
Además de la mejora del negocio, acompañada por la recuperación del consumo y de la economía en España, El Corte Inglés ha tenido que acometer dos refinanciaciones de deuda, la última en enero de este año, de 3.650 millones de euros con una veintena de entidades financieras y sin garantías hipotecarias. El grupo ha buscado nuevas fuentes de financiación, como emisiones de pagarés en el MARF de 500 millones de euros, la venta de activos no estratégicos o emisiones de bonos, como la prevista para después del verano de 1.200 millones. Desde el grupo se defiende la profesionalización de la compañía, y confían que con Jesús Nuño de la Rosa en la presidencia, y Víctor del Pozo como consejero delegado, los grandes almacenes vuelvan a su mejor época.
Futuro digital con mayor peso internacional
Comercio electrónico. Varios puntos marcan el futuro de El Corte Inglés. Uno de ellos es la venta online. Su tráfico creció un 20,8%, el número de pedidos un 32%, y la facturación, un 26%. El comercio electrónico supone entre un 6% y un 7% de los ingresos del negocio de los grandes almacenes, y es la primera empresa española por volumen de facturación en esta canal, donde tiene una cuota del 20% en alimentación. La estrategia a futuro en el online es la adaptación a los tiempos de los clientes. De ahí la opción, estrenada hace pocos meses, de poder recibir los pedidos en el mismo día eligiendo el tramo horario más conveniente. Internacionalización. Otro punto que marcará los próximos años de la compañía. Las marcas blancas de alimentación se venden en 20 países, mientras que su cadena de moda Sfera ya está en 15, mientras que la agencia de viajes tiene 130 oficinas fuera de España. El Corte Inglés también explora alianzas como la firmada con la alemana Karstadt, que vende productos de la marca Boomerang. Experiencias que, se indica desde la compañía, servirán de aprendizaje de cara a futuros movimientos internacionales.