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Arabia Saudí dice no haber suspendido la OPV de Aramco, pero no cita plazos

Reuters asegura que el reino ha cancelado el mandato a los colocadores La prioridad ed Riad pasa ahora por tomar el control de Saudi Basic Industries

CINCO DÍAS

Arabia Saudí afirma que la salida a Bolsa del gigante saudí del petróleo, Aramco, no ha sido cancelada, según el ministro de energía del país, que ha salido al paso de una información de Reuters. "El Gobierno sigue comprometido con la OPV, de acuerdo con las circunstancias y los plazos elegidos por el Ejecutivo", afirmó, si bien no citó plazos para la operación, pues éstos ligados a circunstancias como el momento de mercado y otras adquisiciones.

La operación, la mayor OPV de la historia (con tanto tramo doméstico como internacional) acumula ya un bien número de retrasos. Según las fuentes de Reuters, la decisión se ha tomado meses atrás. En 2016 el reino anunció la idea de vender en Bolsa un 5% de la petrolera, que esperaba valorar en al menos dos billones de dólares. Una cifra excesiva a ojos de muchos analistas les pareció desde el primer minuto demasiado abultada. Desde entonces el Gobierno saudí ha ido retrasando una y otra vez su debut. Las últimas informaciones, recogidas por la agencia Bloomberg, esperaban que tuviese lugar a finales de 2019.

El plan por hacer pública la petrolera saudí estaba en el núcleo de la renovación económica del heredero a la corona del país, Mohammed bin Salman's. Pretendía aprovechar el buen momento del mercado del crudo —provocado por el pacto con el resto de países de la OPEP más otros externos como Rusia para recortar la producción de petróleo— para virar el rumbo eocnómico del país, hacerlo menos dependiente del precio de esta materia prima y mitigar sus problemas de déficit en momentos bajos para el Brent.

La información publicada por Reuters dice que el Gobierno saudí ha deshecho el mandato a los asesores de la operación. Su prioridad ahora sería  en tomar una particiación en la petroquímica Saudi Basic Industries, según dos fuentes consultadas por la agencia.

El tan solo anuncio de la OPV provocó en su día una guerra entre los pesos pesados de las finanzas mundiales. Las Bolsas de Londres, Nueva York y Shangai pugnaban por que el gigante cotizase en su parquet.Y los principales bancos de inversión del mundo batallaban por asesorar la operación, dado que lo entendían como una puerta abierta a empezar a trabajar con un régimen saudí cargado con suculentos activos. Finalmente, JP Morgan, HSBC y Morgan Stanley fueron designados como bancos coordinadores y se encontraban en el proceso de conformar el ejército de colocadores. La boutique de inversión Moelis & Co y Evercore actuaban como asesores independientes. Y el bufete White&Case se encargaba de las tareas legales.

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