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La imparable venta online tiene asignaturas pendientes

Una es clave, la rentabilidad, que prácticamente nadie ha logrado todavía, y, muy ligada a la anterior, la transparencia

CINCO DÍAS

En los anales del sector de la distribución en España, y más concretamente en los del comercio electrónico, ha quedado fijada para siempre con letras destacadas la gráfica descripción que en marzo de 2017 hizo Juan Roig, fundador y presidente de Mercadona, del escaparate de venta online de la cadena líder de supermercados. “Nuestra página web es una mierda”, sentenció; para añadir: “Pero en 2018 saldremos mejor”.

Lo contundente de la afirmación de Roig, un hombre que ha dedicado su vida a buscar y aplicar, la mayoría de las veces con éxito, mejoras en el mundo de la distribución al por menor, es directamente proporcional a la importancia que tienen el comercio electrónico y la telecompra para el futuro de la actividad. Es, sencillamente, una cuestión de supervivencia.

Uno de los hitos más esperados por el sector en lo que queda de año es conocer con detalle qué soluciones propondrá el laboratorio creado por Mercadona para alejar su servicio de comercio electrónico de tal calificativo, un proyecto que Roig ha puesto en manos de su hija pequeña, Juana, y que permanece en prueba piloto desde el pasado mayo en la ciudad de Valencia. Por lo pronto, aparte de contratar un buen número ingenieros informáticos, product managers, diseñadores y otros especialistas del negocio online, ha optado por el sistema de reparto desde almacén exclusivo para venta online, al modo de Amazon, y no desde la tienda. ¿El objetivo? Un mandamiento fundamental en este y en cualquier negocio: mejorar la productividad.

Que la venta electrónica es un servicio obligatorio para los grandes operadores de la distribución está fuera de toda discusión. Y está claro que no se van a abstener de participar en este canal ni las cadenas más agresivas en el modelo de fijación de precios. El último paso en España lo acaba de dar Lidl. El gigante alemán acaba de iniciar una fase de pruebas de venta online –aliada a Seur– para sus marcas propias de bazar, uno de su mayores éxitos por lo que significa de imán para atraer clientela. Lo hace como prueba piloto en la Comunidad de Madrid, pero con planes para extenderlo a toda España, como ya hace en Alemania, Holanda, Bélgica y la República Checa.

El gran futuro de la distribución por el canal online le quedan, entre otras, dos importantes asignaturas pendientes. Una es clave, la rentabilidad, que prácticamente nadie ha logrado todavía, y, muy ligado a la anterior, la transparencia, porque solo con datos claros y fiables podremos analizar su evolución, desarrollo e impacto real en el mercado.

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