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Las farmacéuticas dejarán de ingresar 22.800 millones en 2018 por pérdida de patentes

Este año será en el que más se vean afectadas las compañias Entre los afectados, laboratorios como Roche, Pfizer y GSK

La pérdida de patentes de medicamentos en la industria farmacéutica
Alfonso Simón Ruiz

La industria farmacéutica se enfrenta este año a un montante muy elevado de reducción de ingresos por la pérdida de patentes de fármacos, un plazo tras el que entran a competir con los genéricos. En 2018 se espera que la privación de la protección de algunos medicamentos de marca suponga una rebaja de 22.800 millones de euros en la facturación de las compañías, según los datos de la consultora Evaluate Pharma. El mercado farmacéutico global alcanzará a final de año alrededor de 730.000 millones (un 5,3% más internaual).

Aunque esta firma señala que el riesgo total podría llegar hasta los 34.000 millones. En los próximos siete años, en conjuntos, el riesgo máximo llegaría hasta los 220.000 millones. En 2023, según la consultora, la reducción de ingresos también será importante, en parte motivada porque ese ejercicio pierden las patentes Humira (del laboratorio Abbvie), que es el fármaco que más facturó en el mundo en 2017 (14.978 millones), y Stelara, de Janssen, que se espera que esté en el top 10 de ventas en los próximos años.

La cifra de reducción de ventas afectadas por las patenes en 2018 es la mayor prevista hasta 2024. Para el año que viene la reducción será de otros 20.100 millones. Estas rebajas pueden ser compensadas en la cuenta de resultados de las compañías con el lanzamiento de nuevas terapis innovadoras.

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El fenómeno del patent cliff (precipicio), como se conoce en el sector, se produce al caducar el periodo de protección de 20 años de estos productos, que se puede alargar hasta un máximo de cinco años por país, según explica Lorena Vega, experta de patentes farmacéuticas en Clarke, Modet & Co.

Ese periodo de protección del producto se extiende desde el inicio de la investigación y los ensayos con pacientes (que puede suponer una década) hasta los primeros años de comercialización de la terapia, que tiene la exclusividad en el mercado para garantizar al laboratorio un retorno a la inversión por el desarrollo. Tradicionalmente se habla de que el coste de la I+D de un medicamento alcanza los 1.000 millones de euros, aunque algunos estudios, como el de la Universidad de Tufts (referente en el sector), han doblado la cantidad en los últimos años.

Una vez que los fármacos pierden la patente compiten con los genéricos que entran al mercado. Eso tiene dos efectos directos sobre los ingresos de los laboratorios: una menor cuota de mercado y una rebaja del precio para poder rivalizar.

“La cuestión polémica es la lucha entre la promoción de la innovación que supone el sistema actual de patentes, el ahorro en costes a los sistemas sanitarios de los países y el precio desorbitado de los medicamentos, lo que impide que muchos enfermos no tengan acceso a ellos”, apunta Vega.

Además, esta guerra se recrudecerá en los próximos años porque han comenzado a perder la patente los llamados medicamentos biológicos (por ejemplo moléculas monoclonales) de muy alto precio y que otorgan a los grandes laboratorios sus mayores ventas. Es el caso, por ejemplo, del antitumoral Mabthera (de Roche).

“La entrada de los medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación permitirán ahorrar millones a los sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los productos. Se calcula que en los próximos 10 años los biosimilares ahorrarán sólo al sistema de salud de Estados Unidos 38.500 millones”, aclara esta experta de Clarke, Modet & Co.

Los principales medicamentos

Roche. La FDA (agencia del medicamento de Estados Unidos), señala los principales fármacos que perderán la patente en 2018. El más importante, el antitumoral biológico Mabthera (Rituxan en EE UU), del laboratorio suizo Roche, que el pasado año facturó 6.500 millones de euros. “2018 será un año de transición: como se ha previsto durante mucho tiempo, esperamos una mayor competencia de los biosimilares frente a nuestros medicamentos contra el cáncer Mabthera y Herceptin, principalmente en Europa”, destacó Severin Schwan, consejero delegado de Roche, en los resultados del pasado año.

Otros. Entre los que pierden la patente en EE UU, el principal mercado farmacéutico del mundo, se encuentra Cialis de Lilly (frente a la disfunción eréctil), y los superventas Lyrica (de Pfizer), Neulasta (Amgen) y Seretide (GSK).

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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