¿Cómo seleccionar una cartera de inversión?
No siempre el fondo con mayor rentabilidad en el pasado es la solución más adecuada
Que nadie espere que vaya a desvelar aquí la fórmula de la Coca-Cola, pues no existen fórmulas mágicas, pero sí conviene tener en cuenta algunas cuestiones fundamentales en la selección de fondos, para evitar errores importantes. Porque, aunque suene un poco contraintuitivo, no siempre el fondo de inversión con mayor rentabilidad en el pasado es la solución que mejor se adecúa a una cartera. Como nos gusta decir en nuestro equipo, la selección de fondos es una combinación de ciencia y arte, o lo que es lo mismo, la combinación de un buen análisis cuantitativo y un buen análisis cualitativo.
¿En qué consiste el análisis cuantitativo? Básicamente, en mirar el histórico del fondo en términos de rentabilidad y riesgo. Desde un punto de vista de rentabilidad, se suele mirar el retorno ofrecido por el fondo a 1, 3, 5 y 10 años, así como su evolución en periodos concretos bajistas o alcistas. En algunos fondos, es importante poner estos retornos en relación con un índice de referencia, ya que puede haber casos en los que la buena evolución de un fondo haya sido motivada por el buen comportamiento del activo y no por el buen desempeño del gestor. Obviamente, cuando compramos un fondo de inversión buscamos que su gestor sea capaz de batir al índice de referencia. Esto es lo que se conoce como aportación de alfa y es la justificación de la comisión de gestión que pagamos por el fondo de inversión.
Desde un punto de vista de riesgo, tenemos diferentes métricas como la volatilidad, la caída máxima puntual y el tiempo de recuperación de las caídas. La volatilidad es la variación del precio de un activo respecto a su media en un periodo de tiempo determinado. Básicamente, es la manera más fácil que tiene el inversor para saber si el valor de su inversión se va a mover mucho o poco. La caída máxima puntual nos permite saber dónde puede estar el umbral de pérdida puntual, pero la parte negativa de fijarnos en esta variable es que el inversor pueda asignar más posibilidades de las que corresponden a ese escenario tan negativo. El siguiente aspecto que debemos observar es en cuánto tiempo se recupera esta pérdida puntual, mirando el número de días/meses que el fondo tarda en alcanzar sus valores máximos.
Por lo tanto, desde un punto de vista cuantitativo, lo ideal es incorporar fondos consistentes, es decir, fondos que han ofrecido un rendimiento atractivo, pero haciéndolo siempre con un nivel de riesgo adecuado. Para esto, es útil mirar también indicadores que ofrece la industria de fondos, como la ratio de Sharpe, la ratio de información o las ratios de captura.
Mucha gente se queda en este análisis de rentabilidad-riesgo, que, a nuestro juicio, es insuficiente. A la hora de analizar un fondo, hay que observar también aspectos cualitativos que nos ayuden a entender mejor su comportamiento y que, sobre todo, nos ayuden a entender si los resultados obtenidos en el pasado serán repetibles en el futuro.
En este sentido, el punto de partida es el proceso de inversión, es decir, cómo se toman las decisiones en la cartera. Si entendemos y confiamos en el proceso de toma de decisiones de inversión del gestor en su día a día, podremos ser más pacientes a la hora de mantenerlo en cartera. En muchas ocasiones, vemos cómo buenos gestores pasan por periodos complicados, pero, siendo fieles a su proceso de inversión y a su manera de hacer las cosas, acaban recuperándose y aportando un gran valor a sus inversores.
Ese conocimiento del proceso de inversión y la cercanía con ellos nos permiten poder estar tranquilos y mantener la posición sin tener dudas. Esto cobra especial importancia en los fondos de inversión en los que el gestor del fondo tiene mucha libertad y puede invertir allí donde vea valor sin un mandato delimitado sobre un tipo de activo. En este tipo de mandatos, también denominados gestión de autor es importante analizar el compromiso del gestor con la estrategia a través de datos como la inversión propia en el vehículo, el número de fondos o mandatos que gestiona y la estructura de remuneración del gestor y sus analistas.
Existen más de 10.000 fondos de inversión registrados en España a disposición del inversor nacional. Sin embargo, una veintena de ellos, entre fondos españoles e internacionales, agrupan una parte muy importante del patrimonio total en fondos de inversión, es decir, hay una concentración altísima.
Animo al lector, ahora que hay tiempo en verano, a echar un ojo a sus fondos de inversión bajo los parámetros aquí mencionados. Einstein afirmó que el interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo, por lo que, si su fondo de inversión es bueno, y es capaz de sacar un 1% más que el resto, ese tiempo que dedique este verano a analizar sus fondos, habrá sido el mejor invertido.
César Ozaeta es Gestor de fondos en Abante