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Tribuna
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Apple Vs. Samsung: del juez al mediador

Tras siete años de batalla en los tribunales, las dos compañías han optado por una solución extrajudicial

Un empleado de Samsung muestra los modelos Galaxy 5 y el iPhone 5.
Un empleado de Samsung muestra los modelos Galaxy 5 y el iPhone 5.REUTERS

Tras siete años de litigio, los dos gigantes tecnológicos Apple y Samsung han decidido poner fin a su batalla legal por las patentes de los smartphones. Estas dos grandes corporaciones han llegado a un acuerdo extrajudicial, a través de métodos alternativos de resolución de conflictos.

Cómo los procedimientos, en la cultura de la mediación, son confidenciales, no podemos saber ni cómo ni de cuánto ha sido el acuerdo. Recordemos que a finales de mayo Samsung fue ordenada a pagar 539 millones de dólares a Apple pero la tecnológica surcoreana respondió solicitando una reconsideración del fallo.

Por eso lo que me parece importante remarcar es que la mediación se ha revelado como la mejor forma para evitar seguir escalando en la conflictividad, hecho que no sólo les haría perder más dinero, prestigio y confianza hacia los mercados, los clientes y sus propios accionistas.

Estas empresas, a través del acuerdo alcanzado nos están dando un mensaje importante: no es tan perjudicial el dinero al que podrían ser condenados en instancias judiciales, cómo su posicionamiento frente a los usuarios. 500 millones de dólares es una fortuna para cada uno de nuestros bolsillos, pero no es dinero significativo para grandes multinacionales que han perdido ventas y prestigio por esta disputa de patentes durante 7 años.

Los procesos ADR (Alternative Dispute Resolution) ofrecen la posibilidad de resolver conflictos en poco tiempo, de forma adecuada y a medida de los implicados. Y lo más importante, a puertas cerradas; sin que los medios, ni la opinión pública ejerza presión ni perjudique la imagen que a una empresa le cuesta tanto conseguir, pero que se puede destruir en minutos, sino recordemos a corporaciones como Nokia, que prometía que sus móviles duraban para siempre, Atari que lanzó una consola sin el apoyo de su propia compañía o Compaq, que en los años 80 se posicionaba como el ordenador que IBM no podar combatir. La imagen es todo para una organización que se dedica a vender productos o servicios.

Cuándo no se tiene en cuenta o no se sabe valorar el riesgo de entrar en disputas públicas como las judiciales, se entra en un terreno desconocido que tiene el valor de ruleta rusa: nunca sabes donde está la bala que puede herirte de muerte. En un mundo tan globalizado y a la vez tan volátil, el prestigio es lo que más valor da a una corporación.

Los procesos de mediación profesional ofrece, a través de un profesional altamente calificado, un espacio de confianza y seguridad que está blindado por la confidencialidad y la neutralidad del mismo. De esta manera los implicados en la disputa pueden hablar abiertamente y explorar diversos escenarios de salida.

El hecho de sentarse a conversar no implica nunca un compromiso de llegar a un acuerdo, sólo la fantástica posibilidad que crea el profesional de la mediación de generar salidas posibles en las cuales todos los implicados salgan mejor que como están o como han entrado a la mesa de negociación asistida.

En este sentido es clave la voluntariedad como premisa para sentarse, pero también es fundamental que el mediador recuerde a los implicados que ellos son los que tienen la llave y el poder de la voluntariedad del otro; lo que quiere decir que si tratan bien, escuchan con respeto al otro, éste se quedará en la mediación y se abrirá un posible camino.

Las empresas ni tienen un plan de contingencia y muchas de ellas sólo prevén la salida judicial frente a los problemas que tienen o que pueden acaecer; lo cuál es un gran desperdicio de oportunidades: de transformar un conflicto en una salida mejorada de una situación inesperada.

La resiliencia de empresas como 3M, Sony, Disney, Coca-Cola logran superar de forma eficaz sus crisis, reinventarse rápidamente y encontrar soluciones ante un problema; lo cual reduce el estrés y potencia la creatividad. Pero la misma solo puede entrenarse en condiciones adecuadas: una vez más remarcamos confianza y seguridad, que sólo un proceso de mediación puede garantizar.

Javier Wilhelm es mediador profesional y director del Máster en Mediación Profesional de la UPF Barcelona School of Management.

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