_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Transformación digital, pero con excelencia

Las previsiones deben estar en continua revisión, así como las estrategias y las organizaciones

CINCO DÍAS

Miles de negocios han nacido porque las nuevas tecnologías los han hecho posibles; miles de negocios se han trasformado para permanecer y otros tantos han desaparecido por no hacerlo.

Sabemos que hoy no podemos gestionar sin tener una visión clara del impacto que las continuas innovaciones tecnológicas pueden tener para nuestros negocios.

Los ciclos de vida de nuestros productos y servicios son más cortos que nunca antes, debemos innovar continuamente y ofrecer nuevos productos diferenciados a nuestro mercado o alguien por pequeño que sea o parezca lo hará por nosotros.

Hemos de utilizar la tecnología disponible hoy para conocer más y mejor a cada uno de nuestros clientes y ofrecerles lo que esperan. En mi opinión, como siempre, el cliente es el origen y principal motor que nos impulsa a ser eficaces, poniendo a su disposición lo que quiere y ser eficientes, haciéndolo en tiempo y forma para sus expectativas y siendo rentables para nuestras empresas.

“El entorno digital conecta a personas y negocios con cosas” (Gartner) y esto está cambiando los modelos de negocio existentes.

Creo que la conectividad que permite hoy la tecnología es el origen de la trasformación y nacimiento de negocios, aunque éstos no sean digitales.

Estas nuevas oportunidades y necesidades de trasformación de negocios están en pleno crecimiento: para 2020 se prevé que 7.000 millones de personas y empresas y 35.000 millones de dispositivos estarán conectados a Internet.

¿Cómo gestionamos todo esto? Creo que la dificultad especial que nos toca administrar en este escenario es la velocidad con la que suceden los cambios. Esto nos obliga a organizarnos para poder anticiparlos con la mayor precisión posible, analizar el impacto que pueden tener para nuestros negocios y actuar para no quedarnos atrás en esta frenética carrera.

Debemos pues organizarnos para estar proyectando continuamente el futuro, para establecer estrategias que respondan a estos escenarios y ser capaces de implantar de forma eficiente los cambios en nuestros modelos de negocio, oferta de productos y servicios que nos aseguren seguir compitiendo. Desde el punto de vista conceptual y, en mi opinión, el enfoque para abordar de forma sistemática los cambios necesarios, es el siguiente:

Previsión: Hemos de estar continuamente mirando hacia adelante y monitorizar las innovaciones tecnológicas determinando su potencial de convertirse en disruptores digitales, conocer estas tendencias digitales y si éstas pueden impactar en nuestro negocio.

Estrataegia: Tenemos que establecer una estrategia alineada con estas previsiones, articulando una visión de todos los aspectos de la cadena de valor tales como capacidades de proveedores, interacciones con cliente, procesos de back-office etc.

Según un estudio de Forrester, The Future of Business Digital (2014), a pesar de que un 73% de los directivos creían que su empresa tiene una estrategia digital, solo el 15% tenía las capacidades y habilidades necesarias para ejecutarla y el 14% de los procesos necesarios. Aunque hablo de hace unos años las cifras son muy significativas e indican el camino que aún nos queda por recorrer.

Implantación: Analizados el potencial de mercado y los riesgos y beneficios, hemos de pasar a la acción lanzando los nuevos modelos de negocio y los nuevos productos que hayamos considerado.

Cambios organizativos: Creo que todo lo anterior va a facilitar y mucho el que los cambios organizativos se entiendan y se apoyen dentro de nuestras empresas. Asumiendo que hemos de cambiar la “forma de hacer las cosas”, aceptaremos y apoyaremos más fácilmente los cambios organizativos necesarios para ello. Estos cambios se pueden abordar de forma radical cuando la situación lo aconseje y lo permita o iniciarlos en funciones específicas.

Por fin y cómo no, todos estos esfuerzos más o menos metodológicos habrá que rehacerlos tanta veces como el ritmo de cambio de los escenarios nos aconseje. Las previsiones han de estar en continua revisión, así como las estrategias, implantaciones y organizaciones para abordarlas. Las empresas y las personas debemos estar en continuo reciclaje si queremos estar a la altura y permanecer en este escenario tan apasionante como difícil.

José Ramón Magarzo es Presidente ejecutivo de Altrán Iberia y miembro del Club de Excelencia en la Gestión

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_