¿Tienes una Pyme familiar? Así puedes alcanzar el éxito
Se aconseja elaborar un protocolo familiar entre todos sus miembros
Establecer obligaciones de los miembros de la familia con la empresa y tener una política de contratación y retribución son dos de las recomendaciones que deben seguir las pymes familiares cuando quieren alcanzar el éxito. Entre los puntos más conflictivos de este tipo de empresas para sobrevivir destaca la sucesión de la misma.
Para llevar a cabo un proceso sucesorio en una empresa familiar de manera correcta, es imprescindible que éste se planifique y se elabore de acuerdo con la normativa vigente. En los peores casos, un proceso ineficiente podría llevar a la desaparición de la empresa.
La manera más efectiva para organizar este traspaso es, por lo tanto, aprobando un protocolo familiar a modo de convenio consensuado entre los miembros, en el cual se recojan las atribuciones de cada integrante, la manera de incorporarse a la empresa por parte de nuevos miembros, la formación necesaria y las posibles transmisiones de participaciones sociales o acciones, entre otra información.
Las cláusulas que se deberían incluir en los protocolos son derechos y obligaciones de los miembros de la familia con la empresa, es decir, derechos de tipo económico, régimen sucesorio y condiciones para disponer de las participaciones o acciones de la empresa.
Deberá haber una política de contratación y retribución de los miembros de la familia en la empresa, tanto para cargos directivos como para empleados. También habrá que contar con órganos sociales como la asamblea familiar, el consejo de familia o el Comité de Seguimiento del Protocolo, el régimen de contratación de un asesor externo y mecanismos de resolución de conflictos y régimen sancionador.
Problemas de la pyme
A la hora de implementar esas medidas para alcanzar el éxito, la pyme puede verse envuelta en problemas como la sucesión, la superposición de familia y empresa, ya que sus miembros desarrollan dobles roles y no hay separación entre ambas vertientes, el choque generacional de las ideas de las generaciones más jóvenes con la visión tradicional de las fundadoras o la dificultad específica de la delegación de funciones.