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La crisis en Italia lleva a pérdidas a la nueva deuda anticrisis de la banca

Solo Santander, BBVA y CaixaBank tienen emisiones de sénior no preferente Pierden hasta 2,5 puntos porcentuales

Bonos senior no preferentes de la banca española

Con los rigores de la crisis ya en el espejo retrovisor, la banca trata de preparase para tener todo listo ante un nuevo terremoto financiero. El regulador le exige que emita deuda que computa como capital de máxima calidad para absorber pérdidas, como así ocurrió con la resolución de Popular hace ahora un año. Se trata, en general, de deuda de alto riesgo, restringida a minoristas, pero que paga un cupón atractivo. Los inversores, preocupados por el varapalo en Bolsa a la banca a cuenta de la crisis italiana, han puesto ahora en la picota a este pasivo anticrisis por primera vez desde su configuración.

Los supervisores bancarios quieren que en caso de desencadenarse una nueva crisis financiera, los bancos cuenten con un potente escudo (MREL) que les permita sobrevivir sin recurrir a las ayudas públicas. Un parapeto que obliga a ir amortizando capital en el siguiente orden: acciones, bonos contingentemente convertibles (cocos, en la jerga) y deuda subordinada. Por encima, y con un mayor nivel de blindaje, se encuentra la deuda sénior. Y, prácticamente intocables, está la deuda garantizada (como las cédulas) y los depósitos a minoristas.

Pero este esquema no era suficiente para los reguladores. Instaron a los bancos a emitir un tipo de deuda sénior, pero que goza de un nivel de protección inferior, bautizada como deuda sénior no preferente. Si bien la crisis de Gobierno en Italia le ha pasado factura a todo el esquema anticrisis, a este tipo de bonos los ha dejado especialmente tocados.

Abel Enguita, director general de Unicredit, señala que el comportamiento de este tipo de deuda no es una excepción. "Es una cuestión que afecta a toda la estructura de capital de los bancos, desde las acciones hasta la deuda senior no preferente, pasando por la deuda AT1 y la subordinada", afirma. Pero el experto va más allá y apunta a que no solo la banca se ha visto afectada por la incertidumbre las últimas semanas. "Los índices agregados en su conjunto han estado presionados", explica. Enguita añade que la nueva deuda anticrisis "se ha emitido en su mayoría en el último año coincidiendo con una época muy positiva en los mercados de capitales con tipos absolutos y spreads en mínimos históricos por lo que es normal que ahora coticen algo por debajo de la par".

El verano pasado el Gobierno dio luz verde a este tipo de emisiones y CaixaBank y BBVA inauguraron el mercado español a tipos de entre el 0,86% y el 1,15%. Meses antes, Santander se había estrenado en el extranjero al 1,38%.

La única emisión que no pierde dinero es precisamente la que hizo Santander fuera del mercado español en enero de 2017, antes de que se legislase en España. Pese a que el precio cayó en lo más crítico de la crisis italiana por debajo del 100% del nominal, el viernes marcaba el 102% (fue colocado al 99,38%). La rentabilidad, que discurre de forma inversamente proporcional al precio, se sitúa en el 0,8% tras superar el 1% hace unos días.

BBVA tardó apenas un mes tras la publicación del Real Decreto en colocar 1.500 millones de sénior no preferente. A finales de mayo estos bonos entraron en pérdidas por primera vez desde su emisión (al 99,5% del nominal), marcó un mínimo en el 97% y ahora se recupera hasta el 98,69%. Llegaron a caer un 2,5 puntos porcentuales. Este banco ha emitido 2.500 millones más de estos bonos en dos remesas en marzo y mayo de este año.

Una situación similar vive la deuda de CaixaBank. Se estrenó en este mercado unos días después de BBVA con 1.250 millones al 1,12%. La emisión registra pérdidas de dos puntos porcentuales sobre el precio de colocación, en el 98,2% del nominal.

Fuentes del mercado restan importancia a las turbulencias políticas y señalan que la evolución de esta deuda obedece más a cuestiones técnicas así como a expectativas de tipos, ensanchamiento de los diferenciales y la iliquidez del mercado secundario. Los expertos señalan que cuando el mercado es optimista los bancos españoles, especialmente los grandes como BBVA y Santander, se aproximan en términos de spread a los franceses. Sin embargo, en los episodios de inestabilidad tienden a acercarse a los italianos.

Santander lidera la colocación de estos títulos

 

Santander está siendo el banco español más activo en la emisión de este tipo de deuda anticrisis. La entidad, que comenzó a vender deuda sénior no preferente antes de que el Ejecutivo diera luz verde a este activo, lleva colocados hasta la fecha 13.645 millones en las cuatro emisiones que ha efectuado en España desde el pasado septiembre. Santander se marcó como objetivo emitir entre 28.000 y 35.500 millones de deuda anticrisis entre 2017 y 2018 para cumplir con las exigencias regulatorias.

A la entidad que preside Ana Botín le siguen BBVA, con 4.140 millones de euros y CaixaBank, con 1.250 millones. Fuentes conocedoras del mercado de capitales señalan que las firmas españolas tienen muy avanzada su estrategia para cumplir con la norma que exige a cada entidad un volumen mínimo de instrumentos susceptibles de absorber pérdidas en caso de resolución (MREL, por sus siglas en inglés).

El plazo marcado para cumplir con el colchón antipérdidas era 2020, pero está previsto que en el caso de las entidades medianas y pequeñas se extienda el plazo hasta 2024.

 

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