El edificio de la Bolsa de Madrid, en el número 1 de la Plaza de la Lealtad, cumple 125 años de existencia. A pesar de ello, sigue siendo un lugar vivo, de encuentro financiero, de alegrías y también de decepciones, que vienen marcadas por la cotización del día. Los emplazamientos de las Bolsas europeas surgidos a mediados del Siglo XIX, prácticamente una veintena de los edificios bursátiles de Europa se construyen durante la segunda mitad de ese siglo, es el único de sus coetáneos que sigue cumpliendo la misma función para la que fue concebidoMantiene sus funciones como centro financiero y es la sede de BME, la sociedad que gestiona los mercados de valores en España. Cada año recibe a más de 65.000 personas que asisten a reuniones con inversores, salidas a Bolsa, actos académicos y otros eventos del ámbito financiero.Se trata de un edificio con un relevante valor arquitectónico y simbólico. Levantado en unos terrenos cedidos por la Corona, es obra del arquitecto Enrique María Repullés y Vargas, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su construcción comenzó con la creación de una junta específica para el desarrollo del proyecto, integrada por dos agentes de cambio y bolsa, dos corredores de comercio, tres banqueros, el ingeniero jefe de Madrid y el citado arquitecto, que acabaría siendo el ganador del concurso convocado para realizar el proyecto.El Palacio de la Bolsa ha sido testigo de los acontecimientos históricos y económicos más relevantes del último siglo, como la entrada de España en la Unión Europea, la publicación de la Ley del Mercado de Valores, la creación de la CNMV o la quiebra de Lehman Brothers. Tan solo interrumpió su actividad durante la Guerra Civil, para volver a abrir sus puertas el 5 de marzo de 1940.Entre el anecdotario que se recoge en el libro '125 años del Palacio de la Bolsa de Madrid', editado por BME, se encuentra la de Clarisa, una elefanta del Zoo de Madrid con 2.000 kilos de peso, que no aguantó la presión y se desplomó frente al centenario edificio de la Bolsa de Madrid el 26 de mayo de 1999. Participaba en el acto promocional de la salida a Bolsa del gestor de centros de ocio Parques Reunidos y, presa del nerviosismo, había doblado varias señales de tráfico y tumbado una farola, antes de caer rendida por un dardo tranquilizante disparado por sus cuidadores. Las acciones de Parques Reunidos terminaron esa semana con pérdidas superiores al 8,5%.Coincidiendo con esta celebración, el eje del Paseo del Prado y del Retiro, como paisaje de las artes y de las ciencias, ha sido presentado para entrar en la lista de Patrimonio de la Humanidad en junio de 2020. Y el edificio de la Bolsa se encuentra dentro de esta bella postal.