Por qué todas las empresas imitan a las ‘startups’
La consultora Be Republic enumera los nueve beneficios del intraemprendimiento Amazon, Netflix, Glovo o Airbnb son algunos de los modelos a seguir
Los intraemprendedores son personas que son capaces de visualizar nuevas oportunidades dentro de una organización y llevarlas a la práctica. La directora general de la consultora Be Republic, Isabel Martínez-Monche, expone los beneficios del intraemprendimiento y por qué la mayoría de las organizaciones trata de contagiarse del espíritu de las startups:
- Conseguir un liderazgo en proyectos complejos de innovación abierta. Este tipo de procesos permiten innovar de una manera muy diferente a la que se ha hecho hasta ahora, pero suelen requerir una búsqueda de personas o de tecnología fuera de la empresa. Con los planes de intraemprendimiento, se consigue que alguien de dentro de la compañía lidere esta búsqueda externa.
- Identificación de oportunidades fuera del radar. Los intraemprendedores son personas curiosas y están pensando constantemente sobre nuevas cosas que se podrían hacer. No obstante, Martínez-Monche insiste en que no por ello hay que menospreciar el desempeño del resto de trabajadores que realizan el trabajo diario, ya que “son ellos quienes pagan las facturas”. Aunque también hace hincapié en que una empresa que hace lo mismo durante mucho tiempo podrá mantenerse, pero no seguirá creciendo o liderando.
- Lograr construir equipos de alto rendimiento con un foco en la consecución de un objetivo muy concreto. Debido a la forma de trabajar que suelen tener las empresas, no habría equipos de alto rendimiento si no fuera por los intraemprendedores. Se trata de emular la forma de operar de las startups, que al fin y al cabo “son equipos de alto rendimiento en sí mismas”, explica la experta, quien comenta que el motor de estas suele ser darle la vuelta a un punto de dolor. Por ejemplo, Amazon vuelve cómodas tareas que antes se posponían porque resultaban molestas, como ir a comprar. Glovo representa un caso similar. “Para el consumidor es muy cómodo, pero detrás hay un equipo de alto rendimiento con un objetivo muy concreto”, describe Martínez-Monche.
- Poder competir en este nuevo paradigma. El cambio permanente es la única constante. Para seguir siendo competitivas, las empresas deben operar con mucha agilidad. Estas metodologías de trabajo suelen ser impulsadas por los intraemprendedores, y después, extendidas a todos los departamentos. Esto permite, por ejemplo, arriesgar y probar cosas nuevas, sacar al mercado productos y servicios que se pueden lanzar rápido y con bajo coste, pues en caso de no funcionar, la repercusión económica para la compañía sería muy baja.
- Capturar el valor real para la empresa o los stakeholders. Una organización suficientemente consolidada tiende a seguir haciendo lo mismo, mientras que un emprendedor debe estar aportando valor constantemente porque el mercado no perdona y si no, se verá obligado a cerrar. Por su parte, el intraemprendedor dentro de las corporaciones se cuestiona constantemente el valor que aportan las cosas que se hacen y si estas benefician a la compañía garantizando su permanencia en el tiempo. Por ejemplo, los hoteles están viendo agitado el mercado con el auge de Airbnb, “así que deberían iniciar un programa de intraemprendimiento para pensar qué pueden aportar ellos más allá de alquilar habitaciones”, expone Martínez-Monche.
- También promueve la aportación de valor real al consumidor final. Mientras que el punto anterior se ve más a medio o largo plazo, este se ve casi inmediatamente y suele ser el primer indicador de que algo no va bien. “Netflix ha supuesto un cambio en comportamiento y de hábitos, las televisiones y las empresas que se dediquen a crear contenidos tienen que darse cuenta de que lo que está aportando valor real a los consumidores es algo como Netflix”, opina la experta, quien sostiene que en un mundo ideal debería haber habido un intraemprendedor dentro de la cadena a quien se le hubiera ocurrido. “En caso de que no, tiene que identificar qué es lo que está pasando y adaptarse. Suele ser una figura que está muy cerca del consumidor para analizar su comportamiento”, continúa.
- Conseguir hacer a una persona la última responsable. Para ello, es necesario que el intraemprendedor tenga la confianza del consejero delegado, independencia, capacidad de toma de decisiones y los medios que necesite a su disposición.
- Retener al talento privilegiado que tiene la empresa. Hay gente que lleva 10 o 15 años, que ha demostrado mucho, pero que siguen necesitando algo que les motive, además de la remuneración, por ejemplo, un proyecto. Aunque retener el talento puede ser difícil, “aplicar un programa de intraemprendimiento hace que la gente se vuelva a enamorar de la empresa y quiera quedarse”, reconoce Martínez-Monche.
- Ayuda a atraer a los mileniales. Se trata de una generación que quiere conseguir crear impacto. Por supuesto, también quieren un trabajo que les permita vivir cómodamente, pero también necesitan un proyecto. Ahora mucha gente quiere emprender, pero para ello se necesita mucho dinero. Una forma de hacerlo si no se tiene dinero es ir a una empresa y lanzarse allí.