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Consejos para elegir la franquicia más adecuada

Empiece por definir el sector que mejor encaje con sus aptitudes Averigüe cuántas tiendas han entrado y salido de la red y por qué

Tiendas en una calle comercial de Ámsterdam.
Tiendas en una calle comercial de Ámsterdam.Getty Images

La apertura de nuevos locales y la creación de empleo a ritmos que superan los de la economía española demuestran la popularidad que el sistema de franquicias ha cobrado entre quienes buscan una fórmula de inversión o autoempleo. Pero la sola presencia de una marca fuerte en el letrero de un negocio no garantiza su éxito. Este dependerá del compromiso de la empresa franquiciadora y la dedicación del franquiciado. Por eso, es clave elegir bien la cadena a la que estaremos unidos por contrato en los próximos cinco años o más.

Los expertos coinciden en que lo primero que debe hacer el emprendedor es un análisis de sí mismo, que abarque no solo su solvencia, sino también sus gustos personales. “Preguntarse de cuánto dinero se dispone y si se va a poder prestar una parte va a descartar algunos sectores. Pero pensar solo en las finanzas y la rentabilidad es un error. Las apetencias y la vocación también son importantes”, dice Santiago Barbadillo, director de Barbadillo y Asociados.

El tiempo que se quiere dedicar al negocio influye también en la elección de una actividad más o menos exigente. “Tienes que preguntarte qué buscas: ¿un autoempleo de ocho horas?, ¿solo quieres trabajar dos horas al día y que del resto se encargue el equipo?, ¿o quieres ser un simple inversor y delegar todas las responsabilidades?”, señala Pedro Cantalapiedra, socio director de consultoría de Mundofranquicia.

En esta reflexión caben incluso cuestiones como si se va a poder conciliar la vida familiar con la empresarial. “Si, por ejemplo, te gusta tener libres los fines de semana, la hostelería, cuya actividad es particularmente intensa esos días, no es el sector más adecuado para ti”, aconseja Carlos Blanco de Córdova, socio director de Befranquicia.

Se trata, en definitiva, de que el emprendedor identifique dónde cuadran mejor sus aptitudes con las características de la actividad económica. “Puedo ser muy bueno vendiendo, pero un desastre gestionando. Entonces, debería buscar un sector donde la parte comercial predomine sobre la gerencial”, explica Cantalapiedra. “Y al revés, si soy tímido, pero metódico y ordenado, debería fijarme en negocios en los que prime la gestión sobre las ventas”, añade.

Una vez definido el sector, hay que consultar estadísticas de las franquicias que operan en este y entrar en contacto con las dos o tres que parezcan más atractivas, solicitándoles sus condiciones: canon de entrada, regalía, inversión mínima, etc.

La mayoría dispone de dosieres donde vienen todos estos datos; sin embargo, Cantalapiedra recomienda no basarse únicamente en estos, ya que hay muchos gastos anexos que no contemplan: IVA, obra civil, fondo de maniobra, fianza de seis meses si el local es alquilado...

Antes de firmar, contraste los datos facilitados por la compañía hablando con empresarios que ya formen parte de la cadena

Si después de revisar esta información, la franquicia nos sigue interesando, lo siguiente es tener una entrevista con sus representantes para pedir más detalles, entre ellos, cuántas tiendas han entrado y cuántas han salido de la red y por qué motivos. “Esa reu­nión debe servirnos para afinar el cálculo de la inversión inicial. Lo normal es que de ella salgamos con una propuesta de contrato”, afirma Barbadillo.

Los expertos recomiendan someter ese borrador al análisis de un abogado para asegurarse de que va a ser beneficioso para el franquiciado. “Ese contrato va a regir una relación cuya duración estándar es de cinco años. No se debe firmar a ciegas, sino con la mayor asesoría posible”, recalca Blanco de Córdova.

Dicho ejercicio puede librarnos de cláusulas abusivas o vacíos legales: “A veces no se aclara si parte de las ganancias generadas por una compra online van a repercutirse en la tienda ubicada dentro de la zona de exclusividad donde vive el comprador, lo cual ya es posible saber porque para el envío se pide la dirección y el código postal”, precisa.

Hecho esto, lo único que quedaría es hablar con empresarios que ya estén dentro de la red para conocer de primera mano si esta funciona o no y corroborar la veracidad de los datos que nos ha proporcionado. “Normalmente, las marcas facilitan el contacto con sus franquiciados porque no tienen nada que ocultar. Si son reacias a hacerlo, entonces deberíamos desconfiar”, alerta Cantalapiedra.

Barbadillo sostiene que también debería de recelarse de la franquicia que acepta negociar sus condiciones esenciales, ya que significará que antepone lo comercial a lo estratégico y que está introduciendo agravios comparativos dentro de la red, “lo cual va a terminar muy mal”.

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