Galicia, donde los alumnos rinden mejor sin importar los recursos
Allí, el nivel socioeconómico influye menos en el desempeño En Madrid, los recursos decantan más el rendimiento de los estudiantes
Los alumnos que estudian en los colegios de Galicia, y tienen un entorno socioeconómico desfavorable, tienen el doble de posibilidades de tener un rendimiento académico elevado de las que tienen los de País Vasco, Extremadura o Canarias. Así se desprende del estudio Equidad educativa en España, comparación regional a partir de PISA 2015, elaborado por Gabriela Sicilia, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, y Rosa Simancas, de la Universidad de Extremadura, y publicado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Europea Sociedad y Educación. Se trata de la primera investigación que analiza igualdad y equidad entre las comunidades autónomas españolas, ya que el informe PISA 2015 fue el primero en el que las autonomías participaron con una muestra ampliada.
Dos variables que, aunque suenen parecidas, no significan lo mismo. Como explica Sicilia, cuando las diferencias en los resultados académicos entre regiones no están motivadas por aspectos socioeconómicos, se habla de desigualdad. Cuando sí entran en juego esos parámetros, se habla de equidad, o inequidad, y desigualdad de oportunidades según la región en la que se estudie. “Un sistema es equitativo cuando logra mitigar las desigualdades sociales del alumnado”, afirma Sicilia. Para el estudio, las autoras han cotejado el resultado medio de los alumnos en ciencias con el Índice Social, Económico y Cultural (ISEC), parámetros ambos proporcionados por PISA. El ISEC contempla el nivel educativo de los padres, la ocupación laboral de estos, y un índice que mide los libros o dispositivos digitales que hay en un hogar. Unido todo ello, proporciona una visión aproximada de la realidad socioeconómica de los estudiantes.
Con estos datos, el estudio llega a varias conclusiones. La primera, que es en Galicia donde la influencia del contexto familiar es menor sobre el rendimiento en ciencias de los alumnos. Dicho en números: el entorno socioeconómico tiene un impacto del 5,9% sobre los resultados finales. En Castilla y León es del 6,8% y en País Vasco, del 7,4%. Estas tres comunidades presentan una mayor equidad que la media de la OCDE, que es del 13%, y que países referentes como Finlandia, Canadá o Noruega. En el otro lado de la moneda, es decir, donde más se dejan sentir esos condicionantes familiares, están Murcia (16,8%), Madrid (13,8%), Andalucía (13,6%) y Cataluña (13%). Como destaca el informe, estas cuatro regiones representan más de la mitad de los estudiantes de 15 años que participaron en PISA 2015.
A partir de esos datos, las autoras analizan la presencia que tienen los alumnos con menos recursos entre aquellos que muestran un mejor rendimiento. Es decir, los que con menos recursos socioeconómicos están entre los mejores de España. Y es Galicia la que, de nuevo, tiene mayor porcentaje de estudiantes en esa situación, el 10,1%, el doble que País Vasco, Extremadura o Canarias, comparación que explica el arranque de esta información. Si se profundiza en los datos a nivel regional, se alcanzan otras conclusiones reseñables.
Por ejemplo, Madrid es la región con mayor inequidad de España. Solo el 3,2% de los alumnos que están en el tramo socioeconómico más alto tienen un mal rendimiento. En cambio, entre los que tienen menos recursos hay un 23,1% de estudiantes que tienen un rendimiento bajo. La conclusión: en Madrid hay 7,2 veces más estudiantes con bajos recursos y mal rendimiento, que alumnos de alto nivel socioeconómico y mal rendimiento, la mayor brecha que hay en España. En el otro extremo están País Vasco y Castilla y León. Esta última es la única que presenta buenos resultados en todos los parámetros que analiza el estudio, ya que mejora a Galicia en el ratio que compara bajo rendimiento con el tramo más alto y bajo del ISEC.
Para casos donde la inequidad es tan subrayada, las autoras sugieren que el sistema educativo ponga en marcha programas focalizados en centros con alumnos de contextos más vulnerables, o un refuerzo en el sistema de becas y ayudas al estudio. “Los datos demuestran que hay una brecha de equidad entre comunidades autónomas, y que hay una inercia en cuanto a equidad y resultados académicos”, resume Gabriela Sicilia.