Auténtica bocanada de competencia
Es importante destacar el esfuerzo que se ha hecho en la mejora del capital humano y las infraestructuras
La trayectoria de España desde la instauración de la democracia es una historia de éxito y en la que la modernización económica ha sido clave. Aunque podrían esgrimirse multitud de indicadores, es suficiente recordar que en los últimos cuarenta años el PIB per cápita se ha duplicado, acercándose al de los países más prósperos del mundo.
Una de las claves de la transformación de nuestra economía reside en su integración al proceso de globalización. Aquí, no cabe duda, el hito principal fue la entrada en la Unión Europea en 1986, pero también la adaptación al Mercado Único de 1993, a la Unión Económica y Monetaria en 1999 y, en términos geográficamente más amplios, el salto económico hacia América Latina y otros mercados no europeos.
Como respuesta a lo que ha sido una auténtica bocanada de competencia y liberalización, nuestra economía modernizó su tejido productivo, creó un marco macroeconómico e institucional centrado en la estabilidad, con elementos como el rigor en las finanzas públicas o la independencia real del Banco de España, y se acometieron una larga serie de reformas estructurales que modificaron radicalmente la fiscalidad, el mercado laboral, las pensiones, el sector financiero o el sector público.
Gran parte de este cambio ha sido posible gracias a la espectacular mejora de los pilares que hacen posible que el tejido productivo del país pueda crecer y modernizarse. En este sentido, es importante destacar el esfuerzo que se ha hecho en la mejora del capital humano y de las infraestructuras de transporte y comunicaciones.
Esta historia de éxito es un recordatorio de nuestra capacidad, cuando se combina esfuerzo y ambición, para afrontar nuevos retos como el de la digitalización y las nuevas tecnologías.
Jordi Gual, presidente de CaixaBank