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ACS y Atlantia negocian una convivencia para no romper Abertis

El proyecto pasa por mantener la españolidad y la cesta de activos de la concesionaria El Gobierno apoya un pacto contra el reparto de mercados

El presidente de ACS, Florentino Pérez, y el consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci.
El presidente de ACS, Florentino Pérez, y el consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci.
Javier Fernández Magariño

La guerra entre Atlantia y ACS por el control de Abertis tiene visos de convertirse en un ejercicio de convivencia. Ambas partes reconocieron ayer negociaciones con su contrario para evitar que el proceso se convierta en una subasta de imposible digestión para el ganador. Y toma fuerza la opción de un mando compartido.

Abertis ha sido valorada por ACS, a través de la opa de su filial Hochtief (18,36 euros por título), en más de 18.100 millones, y Atlantia prometía una mejora difícil de contrarrestar. Ante tal escenario, los dos oferentes pactan y el Gobierno asiste a los contactos en primera fila. Fuentes cercanas a las conversaciones afirman que el plan A se asienta sobre dos pilares: Abertis debe seguir siendo española y hay que evitar su fragmentación o reparto de activos.

Entre las vías para conseguir esta solución, del gusto del Ejecutivo a la vista de que no desaparecería Abertis, la más sencilla es dejar que Hochtief gane el pulso y, posteriormente, dé entrada a Atlantia en la concesionaria catalana. De este modo, esta última tendría dos socios de referencia e incluso podría darse la circunstancia de que La Caixa se mantuviera en el capital siempre y cuando se garantizara liquidez en la acción para poder salir si lo estimara necesario.

La iniciativa, del gusto del Gobierno, ha sido apadrinada por la parte española

Un segundo escenario viable es el de la oferta conjunta. Esta opción también requiere que la opa de Atlantia quede en vía muerta, una vez que la CNMV autorice la de Hochtief, y la colaboración italiana en la financiación de la puja ganadora. De hecho, los asesores de Hochtief han dado varias vueltas al mundo en busca de socios que aportaran financiación.

Y la tercera opción lógica es la de la creación de una nueva compañía (newco) de capital compartido, con la que se enmendaría prácticamente en su totalidad la opa de Hochtief y se podría dar entrada a La Caixa.

La iniciativa, que ha salido de la factoría ACS, siempre reserva para la constructora el papel protagonista o de primer accionista. En Roma, sin embargo, no dejan de manejar un escenario en el que sea Atlantia quien se alce con la mayoría y consolide la deuda de Abertis. De este modo, ACS podría incluso acudir a la opa compartida sin utilizar la intermediación de Hochtief, y la españolidad de la firma de autopistas se preservaría manteniendo la sede y la cotización en este país.

En todo caso, el grupo que preside Florentino Pérez está en disposición de plantearse distintos escenarios desde su posición de deuda neta prácticamente cero, tras el duro ajuste en el endeudamiento de los últimos cinco años.

El hecho es que Abertis se mantendría prácticamente íntegra, al margen de la previsible venta de Hispasat a REE por parte de los futuros propietarios, para evitar cualquier posibilidad de bloqueo del Ejecutivo. Y es que, esa filial de Abertis es considerada estratégica por el Estado, que tiene capacidad de veto ante cualquier cambio accionarial en el operador de satélites.

Distintas fuentes consultadas aseguran que la solución de una Abertis española y manteniendo intacta la cesta de activos, es “de consenso”. Y esto incluye la opinión de La Caixa, hoy primer partícipe de Abertis.

Los potenciales dueños del grupo que dirige José Aljaro tendrían en su participada una especie de bono de alto rendimiento. Y siempre quedaría abierta a futuro la opción del reparto de mercados.

Diferentes puntos de vista

Pese al vuelco pactado que buscan los dos actores de esta batalla, sus visiones estratégicas sobre la opada son agua y aceite.

ACS busca un complemento para Hochtief en los grandes proyectos internacionales de infraestructuras que requieren inversión privada: la constructora se adjudicaría la obra y la concesionara explotaría los peajes. De este modo, el grupo ACS gana balance para financiar concesiones y un motor de caja y dividendos.

Atlantia, por su parte, huye del riesgo construcción y ganaría volumen y nuevos mercados, curándose de la fuerte dependencia de sus ingresos y ebitda respecto al mercado italiano.

De imponerse finalmente un reparto de activos, la cuestión estaría en el control de la francesa Sanef, valorada según las últimas compras de capital de la propia Abertis, que hoy tiene el 100%, en más de 5.000 millones.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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