De Madrid al cielo por los pueblos de la sierra
Bellos parajes para disfrutar todo el año de la naturaleza
A un paso de Madrid, vigilados por algunas de las montañas más altas de la comunidad, a más de 2.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, se encaraman algunos de los pueblos más bonitos de la sierra de Guadarrama, al norte de la capital. Entre paisajes de vértigo, escenarios de cuento o detenidos en el tiempo. Bosques, cascadas, piscinas naturales o ríos y lagunas para disfrutar de la naturaleza en cualquier época del año, que permiten realizar una gran cantidad de actividades al aire libre o disfrutar de la rica gastronomía local. En Navacerrada, por ejemplo, podrá degustar la carne con denominación de origen Sierra de Guadarrama y en Patones de Arriba, de unas deliciosas migas, unos típicos judiones o el clásico asado en horno de leña.
Pueblos con mucho encanto, escondidos, diminutos y casi despoblados como La Hiruela; llenos de leyendas como la de la Silla de Felipe II, una construcción escalonada de granito a los pies de Las Machotas, que sirvió al monarca para contemplar las obras del fastuoso monasterio de El Escorial. Un real sitio con un rico patrimonio histórico y cultural más allá de la faraónica construcción. Las huellas de la historia son también fácilmente reconocibles en un pueblo tan bello como el amurallado Buitrago de Lozoya, con sus restos mozárabes y góticos.
Si le gustan las emociones fuertes y los cuentos de miedo, desafíe a las Cascadas del Purgatorio en Rascafría, cerca del pico de Peñalara, el de mayor altitud de la comunidad con sus 2.428 metros de altura.
En todos y cada uno de ellos, aire fresco en plena naturaleza para desconectar de la gran ciudad y conocer el lado más salvaje de la cosmopolita capital, porque en sus excursiones podrá observar el buitre negro o águilas imperiales, liebres ibéricas y musarañas, topillos y tejones, corzos y cabras montesas, algún lobo solitario y hasta puede que, con un poco de suerte, se le aparezca el fantasma del oso pardo, emblema de Madrid y hoy tristemente extinguido de las montañas de la región.
San Lorenzo de El Escorial, un real sitio a la sombra de maravillas del mundo
Al pie del monte Abantos y Las Machotas, en Guadarrama, el fabuloso monasterio de Juan de Herrera, mandado construir por Felipe II, coloca este pueblo serrano como un destino cultural obligado. En el cenobio, nombrado real sitio y considerado la octava maravilla del mundo, destaca la Real Biblioteca, la Cripta Real donde se entierra a los reyes y sus jardines. El pueblo conserva su aire señorial y sus calles empedradas y recoletas plazas, siempre animadas.
Coordenadas: a 49 km de Madrid y 1.032 m de altura, tiene una extensión de 56 km2.
Patones de Arriba, singular arquitectura de pizarra negra entre olor a leña
Al nordeste de Madrid se encarama sobre una pequeña montaña Patones de Arriba, un pueblo singular cuyo origen se remonta a la Reconquista y al que tendrá que acceder a pie –puede dejar su vehículo en el aparcamiento habilitado en el vecino Patones de Abajo–. Desde aquí, un bonito camino entre olivares le conduce hasta el pueblo medieval, famoso por sus casas de pizarra negra, sus calles estrechas y empedradas, el olor a leña y su gastronomía (migas, judiones, asados).
Coordenadas: a 62 km de Madrid y 832 m de altura, su extensión es de 34,5 km2.
Buitrago de Lozoya, mosaico de culturas rodeado de piscinas naturales
En plena sierra de Guadarrama, en el valle medio del río Lozoya, a los pies del puerto de Somosierra y rodeado de piscinas naturales, Buitrago resulta espectacular. Fundado por los romanos, la huella de musulmanes, judíos y cristianos se percibe en sus calles y monumentos. Destaca su fortaleza amurallada árabe, a orillas del Lozoya, y su alcázar o castillo de los Mendoza (gótico-múdejar), en restauración, que data del siglo XII, y el museo Picasso, que alberga una colección privada.
Coordenadas: a 74 km de Madrid y 975 m de altura, tiene una extensión de 26,5 km2.
La Hiruela, el rincón donde el tiempo parece haberse detenido
Recóndito, aislado y prácticamente desierto. La Hiruela es uno de los municipios más despoblados de Madrid y eso aumenta su encanto. Su historia se remonta a los siglos XII y XIII, y al adentrarse en él tendrá la impresión de que allí se detuvo el tiempo. Sus singulares casas de piedra, adobe y madera de roble de la dehesa permanecen inalterables y le dan un halo romántico. En un entorno natural envidiable, es Reserva de la Biosfera por la Unesco e ideal para el senderismo.
Coordenadas: a 98 km de Madrid y 1.257 m de altitud, su extensión es de 17,2 km2.
Navacerrada, un pulmón natural con paisajes de cine
Es uno de los pulmones naturales de Madrid y entre sus cumbres se construyó una de las primeras estaciones de esquí, que hoy se ha quedado pequeña para los amantes del deporte blanco. Este típico pueblo de montaña en pleno parque de Guadarrama está rodeado de algunos de los picos más altos del Sistema Central, como La Maliciosa, a 2.227 m de altitud, o la Bola del Mundo o alto de las Guarramillas, a 2.265 m, y tiene paisajes de cine como para reconciliarse con la naturaleza.
Coordenadas: a 86 km de Madrid y 1.220 m de altura, ocupa una extensión de 32,5 km2.
Rascafría, bosques mágicos, cascadas diabólicas y monumentos
Este bonito pueblo del valle alto del Lozoya, en Peñalara, donde está el pico más alto de la comunidad, a 2.428 m de altitud, disfruta de un entorno privilegiado, con piscinas naturales, parajes increíbles, como las Cascadas del Purgatorio, o arboledas mágicas como el bosque finlandés, que recuerda a un paisaje nórdico. Rascafría cuenta con otros puntos de interés, como el monasterio de Santa María de El Paular (siglo XIV), primera cartuja de Castilla, o el Puente del Perdón.
Coordenadas: a 73 km de Madrid y 1.163 m de altura, tiene una extensión de 150,3 km2.