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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Metrovacesa regresa al mercado con grandes retos y oportunidades

El gran desafío que afronta la compañía pasa por crecer de forma controlada y sostenible

CINCO DÍAS

La expectación que rodea el regreso a la Bolsa de Metrovacesa, tras cinco años alejada del parqué, se justifica por las dimensiones de una operación que será la mayor desde el debut de Gestamp y una de las más grandes de los últimos años. La compañía quedará valorada en un máximo de 2.957 millones de euros, al precio máximo de 19,5 euros por acción. Una operación que permitirá a sus accionistas Santander –que controla el 71,45% del capital– y BBVA –que hace lo propio con el 28,5%– hacer caja con la venta de una participación cercana al 30%.

La promotora sale al mercado después de que el año pasado lo hicieran dos de sus competidoras, Neinor Homes y Aedas Homes, aunque con una historia bursátil a sus espaldas que hasta 2013, ejercicio en que abandonó el mercado, sumaba 72 años. Si su salida entonces se debió a graves problemas derivados del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, su vuelta coincide con turbulencias de muy distinto signo y naturaleza, pero que la propia compañía resalta en el folleto como un riesgo. “La incertidumbre en torno a las tensiones políticas y sociales en Cataluña podría propiciar cambios en legislación, políticas y otros factores capaces de afectar de forma significativa en el ambiente en el que operamos en Cataluña y toda España”, señala. No en vano, un 19% de su cartera (medida por el valor bruto de sus activos) está en Cataluña.

La nueva etapa de Metrovacesa como gran promotora, después de traspasar su negocio de patrimonio a Merlin y Tesla hace un año, se sustenta en un banco de suelo de seis millones de metros cuadrados, el mayor del sector, con capacidad para construir 40.000 viviendas. La compañía confía en el ciclo alcista del mercado inmobiliario y en las buenas perspectivas económicas de España, con una estrategia que pasa por dedicar el flujo de caja de los dos primeros años al crecimiento del negocio y, por tanto, a no pagar dividendos en ese plazo. Se reestrena con una hoja de ruta razonable y un mercado en pleno desarrollo, pero con el gran reto de crecer de forma controlada y sostenible y de aprender de errores del pasado que no solo el sector, sino el conjunto de la economía española, han pagado muy caro.

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