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Carillion entra en liquidación con 1.800 millones de pasivo y deudas con Santander

La empresa, con 43.000 empleados, no ha recibido sustento de la banca El Gobierno financiará a la firma para evitar la parálisis en los servicios que gestiona

Un trabajador de la constructora y gestora de servicios británica Carillion espera la llegada de noticias en la puerta de una oficina de recursos humanos en Londres (Reino Unido), el 15 de enero de 2018.
Un trabajador de la constructora y gestora de servicios británica Carillion espera la llegada de noticias en la puerta de una oficina de recursos humanos en Londres (Reino Unido), el 15 de enero de 2018.EFE
CINCO DÍAS

La empresa británica de construcción y gestión de servicios Carillion, una de las principales proveedoras del Gobierno británico, anunció hoy que ha entrado "en liquidación forzosa, con efecto inmediato" al no poder hacer frente a sus deudas. Los bancos acreedores han rechazado proveer a la empresa de un último salvavidas, con lo que la firma será liquidada con unos 1.800 millones de euros de pasivo.

El grupo, con  200 años de historia, tiene 43.000 empleados (20.000 en Reino Unido) y ha sufrido la caída del negocio y retrasos en algunos contratos, que han desembocado en unas pérdidas de unos 1.200 millones en el primer semestre.  Entre los acreedores de la empresa están Santander UK, Royal Bank of Scotland o HSBC, según Reuters.

La quiebra tiene graves consecuencias para el Estado, que tiene subcontratados con esta empresa muchos servicios públicos, de transporte, educación o sanidad. Hasta 450 proyectos de construcción y mantenimiento de hospitales, prisiones, instalaciones de defensa o incluso la red de alta velocidad están concedidos a Carillion . En los últimos meses, la oposición laborista ha criticado que el Gobierno haya adjudicado más proyectos públicos a la compañía, que el pasado julio hizo ya una primera advertencia sobre su situación financiera.

Entonces sufrió pérdidas millonarias al sanear unos 1.000 millones de euros por la pérdiad de valor de contratos. Además, tiene pendiente la aportación de 700 millones al plan de pensiones de sus empleados.

El presidente de Carillion, Philip Green, dijo en un comunicado que ahora el Ejecutivo conservador "facilitará la financiación necesaria para mantener los servicios públicos realizados por el personal de Carillion, las firmas subcontratadas y sus suministradores". "Es un día muy triste para Carillion, nuestros colegas, nuestros suministradores y nuestros clientes, a los que hemos estado muy orgullosos de servir durante muchos años", afirmó Green.

Green dijo que "en los últimos meses, se han hecho esfuerzos enormes para reestructurar Carillion de cara a un futuro sostenible". "En los últimos días, no hemos podido asegurar financiación para apoyar nuestros planes de negocio", añadió el directivo, que indicó que esto ha llevado a la empresa a la decisión de "tomar medidas para entrar en liquidación forzosa".

El ministro responsable de la supervisión presupuestaria, David Lidington, aseguró que la prioridad del Ejecutivo es garantizar la prestación de servicios, y urgió a la plantilla a seguir trabajando. "Aquellos que trabajan para el sector público tienen mucho que hacer", afirmó.

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