La convocatoria de elecciones lleva a la deuda italiana a máximos de casi tres meses
El BCE ha vuelto a comprar deuda en el mercado secundario tras el parón navideño
El ejercicio 2018 arranca para los mercados con algunos nubarrones en el horizonte. En el caso de Europa, los inversores estarán pendientes de la formación de Gobierno en Alemania, las negociaciones sobre el brexit y los comicios en Italia. La decisión del presidente italiano, Sergio Mattarella, de convocar elecciones generales para el próximo 4 de marzo ha devuelto las tensiones a la deuda de los países periféricos de la zona euro.
La rentabilidad del bono italiano a 10 años escaló ayer hasta el 2,1%, 18 puntos porcentuales por encima del 1,9% en los que se encontraba antes del anuncio de la convocatorio de los comicios.
El departamento de análisis de Link Securities asegura que estos comicios “serán un factor de incertidumbre a tener muy en cuenta en el corto plazo, ya que las posiciones populistas a derecha e izquierda parece que parten como favoritas, en unos comicios que, como los franceses del año 2017, son claves para el devenir a medio plazo de la zona euro”. Según los últimos sondeos, el Movimiento Cinco Estrellas lidera en intención de voto, si bien, el partido populista sería superado por los grupos de la centroderecha si logran unirse en coalición bajo el liderazgo de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi.
La tensión en el mercado de deuda también ha estado provocada por la falta de presencia del Banco Central Europeo en el mercado secundario de deuda desde el 22 de diciembre. La entidad volvió ayer a acudir al mercado dentro de su programa de compra de deuda. Desde este mes el BCE adquirirá activos por 30.000 millones al mes, frente a los 60.000 previos. Ayer sonaron, eso sí, las declaraciones de Benoît Coeuré, del comité ejecutivo del BCE, que aseguró que existe una “oportunidad razonable” para acabar con los estímulos el próximo septiembre.
Así, la tensión en la deuda italiana también se reflejó en el resto de países europeos. El bono español a 10 años se situó ayer en el 1,61%, máximos de casi tres meses, mientras que el bund escaló al 0,46%.
En el mercado de renta variable, la primera sesión del año estuvo protagonizada por la indecisión.