¿Está listo el textil para el futuro digital y global?
Se debe dirigir la producción a grupos diferenciados según cultura tecnológica y social
Según se desprende de diferentes estudios, informes y estadísticas, el sector textil en España ha alcanzado una gran importancia en los últimos años, con una aportación al PIB próxima al 3%, lo que le sitúa a la altura e incluso en muchos momentos a un nivel superior al sector primario. Se trata por tanto de una actividad económica con una muy notable relevancia, aunque según algunas informaciones que vienen apareciendo en los medios de comunicación, se están registrando recientemente cifras de evolución negativas. Por ello puede resultar interesante examinar algunas características relevantes del sector tratando de indagar cuáles pueden ser los motivos de esta situación.
Cuando se pretende analizar el sector se observa, en primer lugar, la dificultad que entraña poder disponer del detalle de sus cuentas, tanto por el obstáculo que supone la mezcla de actividades, al abarcar productos textiles de diferentes categorías y clases, como por la presencia de compañías de diferente tamaño, aunque esta circunstancia también se produce en otros sectores, como por ejemplo el financiero o el turismo, y hay que convenir que los datos agregados suelen recoger con bastante fiabilidad la realidad de un sector.
Observando la facturación del comercio textil en los últimos veinte años se constata que ha mantenido un continuo crecimiento desde 1997 hasta 2007. A partir de ese momento y coincidiendo con el comienzo de la crisis económica, se advierte que las cifras de negocio comienzan a disminuir hasta el año 2014, donde de nuevo empieza a remontar la facturación, que en el cierre de 2016 se sitúa a niveles próximos a 1998, aunque por debajo de la cifra alcanzada en 2006. Así pues, un primer punto de reflexión es el paralelismo existente entre la evolución económica y la facturación del comercio textil en España. No existen de momento datos fiables del posible cierre de 2017 que permitan evaluarlos.
Otro asunto a destacar es que en España desarrolla sus actividades una gran empresa, un gigante del sector tanto a nivel nacional como internacional, lo que debe considerarse cuando se estudian y analizan las cifras de negocio y resultados globales. Desde luego esta asimetría, en el tamaño, hay que tenerla en cuenta para cualquier estudio. Y otra cuestión en la que hay que deparar es la diferente información disponible de las compañías, ya que algunas cotizan en Bolsa y otras no lo hacen.
Como se ha señalado, la mayor parte del sector se ha visto castigado por la crisis económica, que ha supuesto una caída de ventas y de rentabilidad, sin olvidar la evolución de las variables macroeconómicas y su influencia sobre los mercados. Existen opiniones diversas sobre la profundidad de la crisis, sus efectos y su posible final. Por ello debemos preguntarnos si las compañías del sector disponen de medios técnicos y humanos especializados en evaluar permanentemente las perspectivas de la economía y así adoptar las políticas necesarias en cada coyuntura.
La diversificación internacional, que surgió como una nueva fuente de obtención de ingresos, abrió nuevos mercados en multitud de países convirtiéndose en un planteamiento estratégico que parecía adecuado en principio, pero quizás muchos no han contado con el impacto del comportamiento del euro y de la política monetaria que, en determinadas circunstancias, perjudica a las exportaciones previstas de muchos productos. ¿Disfrutan las compañías del sector de los mecanismos de investigación y análisis de los mercados, incluidos los financieros, y de las realidades sociales de los países donde se establecen o piensen hacerlo? Porque a menudo parece que la implantación se realiza con poca base técnica. Por intuición.
Otro aspecto a tener en cuenta y muy específico del sector se refiere a su estacionalidad y la climatología, que, por ejemplo, puede afectar de manera importante a la facturación en ciertas épocas del año. Las empresas punteras tratan de cubrir esta circunstancia con diferentes modelos de planificación, estrategias de producción y venta según zonas geográficas y precios diferenciados. ¿Disponen las compañías textiles de especialistas en la elaboración de estos modelos?
El imparable avance tecnológico se ha instalado también en este sector afectando al modo de relación de los clientes con las compañías. La importancia de la venta online respecto a la venta en punto físico, es decir la tienda clásica, es un factor a considerar y muy especialmente a tener en cuenta diferenciando el segmento de clientela más proclive a una u otra forma de comprar y a algo muy importante que es la información sobre los productos y la optimización del tiempo dedicado a la búsqueda y a la compra. En esta línea, se deben dedicar esfuerzos destinados a atender a grupos de clientes diferenciados según edad y cultura tecnológica y social. ¿Se está dirigiendo la producción y el esfuerzo estratégico hacia estos grupos?
Respecto al modelo de gestión actual tiene que ser necesariamente dinámico. Ya no son válidos antiguos modelos. Se precisa una gestión integral que contemple las claves del posible éxito. Análisis permanente de los productos. Estudio constante de la política de precios, de la oportunidad de los emplazamientos físicos, un personal adecuado en la línea comercial y en la administración y servicios sin olvidar la externalización, la vigilancia continua de los proveedores, el análisis buscando la optimización de los procesos productivos y de distribución. Junto a ello el constante seguimiento de costes y resultados de las promociones y ventas corrigiendo desviaciones resulta imprescindible. ¿Se ha adaptado el modelo de gestión a este planteamiento?
Y dentro de este modelo, contar con asesoramiento externo porque proporciona una visión diferente y sin hipotecas, así como la presencia de consejeros independientes, expertos en las áreas clave del negocio, que orientan en la elaboración y mantenimiento de los modelos económicos que recogen las variables que afectan al posicionamiento, crecimiento y rentabilidad.
En resumen, algunos sectores destacados de la economía española, entre ellos el textil, arrastran las consecuencias de la evolución económica reciente y parecen precisar una nueva forma de afrontar el futuro, considerando factores sustanciales y otros que careciendo de esta consideración influyen decisivamente en la marcha de este negocio.
Cecilio Moral Bello es catedrático de Finanzas y director del Máster de Finanzas de Icade