La empresa española recupera la solvencia
La continua caída del número de concursos voluntarios es una clara señal de un cambio de tendencia
Solvencia, en términos financieros, significa la capacidad de generar la liquidez necesaria para atender los compromisos adquiridos. Son varios los indicadores que nos dicen que las empresas han mejorado considerablemente su nivel de solvencia y, por tanto, la capacidad de atender sus compromisos. La continua caída en el número de concursos voluntarios presentados en los Juzgados, que en el tercer trimestre de 2017 ha sido la más baja de los últimos años, es un indicador claro de esta capacidad. En La Solvencia de las Empresas Españolas. Informe 2017, también constatamos que la solvencia de las empresas españolas es, a fecha actual, la mayor registrada en los últimos años, coincidiendo, de esta forma, con las estadísticas del INE de procedimientos concursales.
Los recientes datos publicados por el organismo español de estadística muestran un considerable descenso del número de deudores concursados en España, principalmente entre las empresas. En el tercer trimestre del 2017 se contabilizaron 766 compañías concursadas, lo que supone un 16,1% menos con respecto a los datos del año pasado. Los datos hablan por sí solos: disminuye el número de empresas concursadas tanto en grandes sociedades como en pequeñas y medianas empresas y hay menos procedimientos concursales, tanto necesarios como voluntarios.
El apunte menos esperanzador lo protagonizan las micro y pequeñas empresas, las cuales presentan más dificultades para combatir la insolvencia. Según la última estadística del INE, el 54,2% del total de empresas concursadas durante el tercer trimestre del año tienen menos de seis trabajadores. Un dato que debe dotarse de contexto y precaución ya que el grueso del tejido empresarial español está formado por pymes. Resulta lógico pensar que las grandes compañías tengan mayor capacidad monetaria para hacer frente a inconvenientes financieros que las empresas de menor tamaño. Aún así, el impulso económico refleja una mayor solvencia en el global del espectro empresarial del país: las pymes cuentan con el mayor nivel de solvencia de los últimos años.
Por tanto, y complementando las cifras del INE con las del informe que hemos mencionado podemos afirmar que las empresas españolas hoy son más solventes, puesto que el riesgo de entrar en insolvencia en las empresas españolas bajó del 41% en 2012 al 36% en 2015, por lo que el 54% de las empresas, de todos los tamaños, se encontraban en excelente situación financiera a finales de 2015. Los resultados están influidos por las empresas de menor tamaño, pues las de menos de 10 trabajadores representan el 85% del total de las empresas españolas, y concentran mayores riesgos, aunque hayan evolucionado también favorablemente: del 43% al 38% en riesgo de insolvencia y del 48% al 53% en no riesgo durante el periodo 2012/2015.
El tramo con menor riesgo de insolvencia se encuentra entre las empresas entre 10 y 50 empleados: un 25% de éstas presentan riesgo de no poder atender sus compromisos de pago y un 62% tiene un perfil muy solvente. Entre 2012 y 2015, las empresas que presentaban riesgo han disminuido un 5%, el mismo porcentaje que han aumentado las empresas solventes. Existe, un 12% de empresas que continúa mostrando algunas debilidades. Las empresas que comprenden el tramo 51/200 trabajadores tienen un 24% de riesgo de insolvencia y un 62% de seguridad.
El tramo de empresas mayores de 200 trabajadores, el menos numeroso, también muestra claramente la favorable situación de este grupo de empresas a lo largo del periodo 2012/2015 (el indicador explica la situación en 2017). El porcentaje de empresas en situación de peligro de insolvencia ha pasado del 28% en 2012 al 24% en 2015 (indicador de 2017), mientras que la empresa con indicadores de solvencia ha evolucionado favorablemente del 58% en 2012 hasta el 62% en 2015 (indicador de 2017).
En definitiva, la mejora de nuestra economía se ve materializada en una mejora de la situación de las empresas de nuestro país, en las que, por primera vez en los últimos años se constata que más del 50% de éstas tienen una considerable solidez. Y finalmente cabe apuntar que el tamaño de las empresas importa, pues el tramo de 10 a 200 empleados, tiene menor riesgo de insolvencia que las empresas con menos de 10 empleados.
Joan Díaz es Economista y director general de JDA/SFAI