La nueva circular contable encarecerá el crédito al aumentar las provisiones
El incremento en dotaciones será del 13%, 2.700 millones El impacto en el capital será de unos 45 puntos básicos
Ya está aquí la nueva circular de provisiones del Banco de España, cuyo objetivo es adaptar el régimen contable de las entidades de crédito españolas al marco contable derivado de las nuevas Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), conocidas también como IFRS9. Su implantación tendrá reflejo en unas mayores provisiones, en la cuenta de resultados, en un recorte del ratio de capital, y en el precio del crédito, apunta fuentes del Banco de España, que recuerdan que la nueva circular entrará en vigor el 1 de enero de 2018.
De momento, el Boletín Oficial del Estado (BOE)ha publicado el miércoles estas normas que, por primera vez, armonizan las reglas para provisionar los créditos dudosos a nivel internacional y supone toda una revolución para la contabilidad de los bancos españoles. Se pasa así de realizar sus dotaciones con el criterio de pérdida incurrida a pérdida esperada, metodología que, pese a su aprobación, cuenta con varios críticos, entre ellos algunos inspectores del Banco de España, expertos y más de una entidad financiera.
Pese a ello, y según fuentes del Banco de España (que tradicionalmente ha defendido la regulación española de provisiones basada en pérdida incurrida), “estas normas son internacionales y hay que acatarlas”.
Estas mismas fuentes recalcan que “con este cambio se pretende alcanzar una estimación más adecuada y un reconocimiento más oportuno de las provisiones”. De hecho, mantienen que, pese a que no se pueden prever las crisis económicas, sí se pueden estimar los cambios de ciclo ya “que a partir de ahora se tendrán más instrumentos para anticipar los cambios cíclicos”.
El supervisor defiende la nueva circular al asegurar que “mantiene las mejoras tendentes a reforzar la contabilidad del riesgo de crédito introducidas en 2016, referidas a la clasificación de las operaciones utilizando las definiciones de riesgos dudosos (non-performing) y de exposiciones refinanciadas o reestructuradas, a los requisitos que deben cumplir las metodologías desarrolladas por las propias entidades para la estimación de provisiones, y a la valoración de las garantías reales a efectos contables”.
Junto con los cambios relacionados con la estimación de provisiones, el Banco de España explica que se introducen también nuevos criterios de clasificación en los activos financieros para su valoración, adaptados a la NIIF9.
La transición del modelo de pérdida incurrida a esperada implica “mayores provisiones, principalmente en los riesgos normales en vigilancia especial (stage 2)”, explica el supervisor. Y añade que esta vuelta de tuerca a las provisiones se registrarán “como una disminución de las reservas al tratarse de un cambio de la normativa contable (lo que es lo mismo, cambio de criterio)”. De esta forma, inicialmente su efecto en la cuenta de resultados es nulo. Pese a ello, según las últimas estimaciones de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), el impacto inicial de este cambio supondrá un incremento de las provisiones del 13% de media para el conjunto de la banca europea, y recudirá el capital principal (CET1) en 45 puntos básicos.
El Banco de España coincide también con estas estimaciones para las entidades españolas. De esta forma, el impacto por el incremento de las provisiones será en 2018 de unos 2.700 millones de euros, si este año se repitiesen las del pasado año que se elevaron a unos 20.600 millones de euros.
Varias fuentes financieras, no obstante, aseguran que el impacto varia según las entidades financieras. Así, a las más pequeñas el efecto será más negativo al no poder utilizar modelos internos para el cálculo de estas nuevas provisiones, algo que sí pueden usar las grandes entidades bancarias. De hecho, estas mismas fuentes elevan a uno 60 puntos básicos el impacto en la banca más pequeña.
Esta mayor necesidad de provisiones y su influencia negativa en el capital, también tendrá su repercusión en el precio del crédito, ya que será una de las vías para compensar la presión del coste que supondrá esta nueva metodología contable, reconocen fuentes del Banco de España.
Estas mismas fuentes añaden que las operaciones que puedan realizar algunas entidades por debajo del coste de financiación “quedarán marcadas”, ya que estarán identificadas con la nueva metodología.
En la Unión Europea se está trabajando para implantar un período transitorio para diluir en varios años el impacto sobre recursos propios de la transición de pérdida incurrida a pérdida esperada. De momento, todo indica que este plazo será de cinco años a contar a partir de 2018. El objetivo de la nueva norma contable es “fomentar prácticas contables sanas y consistentes”.
Otras claves
La directiva correspondiente a Basilea permite a los bancos aplicar mecanismos transitorios para alargar durante cinco años el efecto de esta nueva circular en las reservas de las entidades.
La nueva normativa ha obligado a las entidades financieras a volver a tasar todos sus activos, incluidas las refinanciaciones y los adjudicados. Fuentes financieras aseguran que ello ha supuesto poner en manos de las tasadoras unos 500.000 activos para volver a ponerles precio. La banca considera que con esta normativa impulsa la venta de activos tóxicos, al endurecerse las provisiones. Por ello, creen que se acelerará, como se está comprobando la venta de activos inmobiliarios por parte de las entidades financieras.