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Invertir para ganar no solo dinero

El ahorrador demanda rentabilidad, pero con criterios responsables El particular demuestra cada vez más interés en estos fondos

Getty

De que la inversión socialmente responsable (ISR) está en plena expansión no hay duda y los datos así lo confirman. Si en 2002 eran 80 millones de euros, una cifra testimonial, en la última medición de Spainsif, Foro de Inversión Sostenible de España, el patrimonio gestionado de ISR alcanzaba los 169.359 millones de euros a finales de 2015. Buena noticia. Sin embargo, “si bien España experimenta un crecimiento en volumen y en presencia, aún sigue lejos de las potencias europeas”, recuerda Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif.

Otro informe publicado por Global Sustainable Investment Alliance constata que el inversor retail ha irrumpido con fuerza, pasando de tener una cuota del 3,4% a comienzos de 2014, a representar un 22% de los más de 11 billones de euros gestionados en ISR a comienzos de 2016 en Europa.

David García Rubio, responsable de ISR en Santander Asset Management, cree que entre las razones de esta popularización está el lanzamiento de nuevos productos en los últimos años, y que “tanto las entidades gestoras como distribuidoras están más formadas e informadas en la materia”, sin olvidarnos de “la sensibilidad de la sociedad, especialmente en las generaciones que se van incorporando al mundo del ahorro y la inversión”, que demandan no solo generar rentabilidad, sino hacerlo con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).

Laura Donzella, responsable de ventas de Nordea AM en Iberia y Latinoamérica, ve que la ISR está cobrando cada vez más fuerza en el mercado español, ya que “el inversor local se está volviendo cada vez más sofisticado y esto se palpa en sus exigencias y demandas”. Cuando la gestora lanzó hace casi 10 años, el Nordea 1 - Global and Climate Environment tuvo “unos inicios algo complicados, pero el compromiso por el medio ambiente y la concienciación por cuidar el planeta se observa cada vez más en las carteras de nuestros clientes”.

También Matt Christensen, director global de inversiones responsables de Axa IM, cree que “cada vez se hace más evidente que los consumidores, los inversores y los reguladores se preocupan más por que las empresas contribuyan a las sociedades y a los entornos en los que desarrollan su actividad. Por ejemplo, la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono es una tendencia que apreciamos en varios países”.

No obstante, Rubén Puga, director de banca personal de Triodos Bank, institución financiera especializada en banca ética y sostenible, observa que “la estrategia de inversión más aplicada en España es la de exclusión simple, la menos elaborada y compleja, lo que confirma el bajo grado de madurez de la ISR aquí”, de ahí que la entidad crea que aún hay mucho que hacer y vaya a comercializar varios fondos ISR “con una propuesta integradora de banca con valores, unos criterios de selección estrictos y una estrategia de diálogo activo orientada a generar cambios en el desempeño de las empresas en las que invierten los fondos”.

Prueba, asimismo, del interés por este tipo de inversión es la reciente adquisición por parte de Mapfre del 25% de la gestora de activos francesa La Financière Responsable (LFR), entidad especializada en los criterios ASG. Una operación que, según la aseguradora, se enmarca en su compromiso por una política de inversión responsable y un comportamiento sostenible y comprometido con el entorno.

También en las últimas semanas la gestora M&G ha presentado un nuevo fondo que invierte en bonos de alto rendimiento con criterios ASG, el M&G (Lux) Global High Yield ESG Bond Fund. “Este fondo da respuesta a una demanda poco atendida en los mercados de bonos: la aplicación de factores ASG en la inversión en renta fija de alto rendimiento”, aclara Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G para España, Portugal y América Latina.

¿Y en cuanto a la rentabilidad? ¿Hay que sacrificar parte de la ganancia? Desde Ética Patrimonios Eafi admiten que en el corto plazo uno podría tener la sensación de lograr menor retorno, “aunque es una equivocación. Los efectos positivos en términos de rentabilidad con activos que cumplen con la ISR conllevan algo más de tiempo que en los demás activos. Cuanto más tiempo uno está invertido en temas ISR mayor es el diferencial de rentabilidad que se obtiene frente a los demás activos”.

También Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock en Iberia, advierte de que “para invertir de manera sostenible es necesario tener una visión a largo plazo, y eso es algo que el inversor debe de tener muy interiorizado”.

Bonos verdes y otras emisiones

 

Financiación

 

Iberdrola cerró hace días la primera colocación de un bono híbrido y verde realizada en España. En total fueron 1.000 millones de euros. Allá por abril de 2014, esta compañía fue la primera empresa de nuestro país en realizar una emisión verde para fondos destinados a financiar proyectos renovables y sostenibles. Desde entonces, ha cogido tan buen ritmo que en 2016 fue el mayor emisor verde mundial a nivel corporativo.Además, ha sido pionera este año en firmar el primer crédito verde de una compañía energética, por 500 millones de euros, que en este caso se suscribió con BBVA.

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